Los futuros del trigo estadounidense caían más de un 1% el miércoles, a su nivel más bajo desde finales de octubre, debido al aumento de la oferta mundial del cereal, según analistas.
La presión bajista sobre el trigo se extendió a una cuarta sesión consecutiva, en un movimiento impulsado principalmente por el informe mensual de oferta y demanda mundial del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), publicado el martes. En dicho informe, el organismo elevó su previsión de existencias finales globales de trigo para la temporada 2024/25.
Los futuros del maíz también bajaban, mientras que los de la soja repuntaban desde mínimos de varias semanas, impulsados en parte por noticias sobre nuevas ventas de soja estadounidense para exportación.
A las 1858 GMT, el trigo para marzo de la Bolsa de Chicago bajaba 6.5 centavos, a 5.28 dólares el bushel, tras haber caído a 5.2525 dólares, un mínimo desde el 23 de octubre. El maíz para marzo bajaba 4.5 centavos, a 4.435 dólares el bushel, mientras que la soja para enero subía 3 centavos, a 10.9025 dólares el bushel.
El informe del USDA no solo aumentó la perspectiva de stocks finales, sino que también elevó sus previsiones de producción de trigo para varios de los principales exportadores mundiales, incluyendo a Rusia, Australia, Canadá y otros proveedores clave. Esta revisión al alza contribuyó a aliviar las preocupaciones sobre la disponibilidad del grano a nivel global.
“Hemos cambiado parte de la narrativa sobre la escasez mundial de trigo, que se había mantenido este verano (boreal)”, dijo Rich Nelson, estratega jefe de Allendale Inc.
No obstante, los operadores siguen vigilando la amenaza de ataques al transporte marítimo en el mar Negro que podrían inhibir los envíos de grano, un factor de riesgo geopolítico que mantiene cierta volatilidad en el mercado a pesar del tono predominantemente bajista.
Por otro lado, los futuros de la soja subieron después de que el USDA anunció una serie de nuevas compras de suministros estadounidenses de la oleaginosa, lo que proporcionó un soporte firme a los precios. El Gobierno confirmó ventas privadas de 136.000 toneladas métricas de soja estadounidense a China, otras 331.000 toneladas a destinos no revelados y 120.000 toneladas de harina de soja a Polonia.
Esta actividad de exportación ayudó a contrarrestar el efecto del informe de existencias, que también había proyectado un incremento en los inventarios finales de soja a nivel mundial, y permitió al contrato más cercano salir del territorio negativo.
