¿Cuál es el color miel? ¿El dorado tan reconocido? No, la miel puede lucir muchísimos colores, afirma Alexander Quesada, médico veterinario y creador de la finca agroecológica La Burgambilia, en la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Jesús Menéndez, de Caimito. Este campesino audaz disfruta la idea de mostrarles algo curioso a cubanos y extranjeros que lo visiten: siete colores, siete sabores y siete olores diferentes de miel, que los prueben y vender esa experiencia.
Alude a cómo las distintas fuentes de flores y plantas donde liban las abejas determina después: el bejuco de aguinaldo blanco, en diciembre, depara un fluido más claro; el mangle, le confiere un olor fuerte.
Abejas toman el Capitolio
Que las abejas meliponas no tengan aguijón le llenó la cabeza de ideas a Alexander, como la de atraer hacia el mundo fascinante de estos insectos, capaces de trabajar denodadamente toda su vida para producir apenas una cucharada de miel.
“Al no tener cómo hacernos daño, podemos usarlas de forma ornamental. Nos sirven de adorno y fuente de alimento.
“Yo soy un apasionado a la Habana Vieja, así que dibujaba con lápiz cómo quería la colmena, y se la llevaba a la pintora Ariadni Viera. Un día replicó la casita de Martí, y a continuación las ciudades patrimoniales de Cuba. Hay siete que componen las fachadas originales del Capitolio”.
Maravilla ver a esos animalitos cuidando la entrada de su casa: nada más y nada menos que el Capitolio. A su lado, en una sucesión que crece continuamente, están el Parque del Curita, el de la Fraternidad, los leones del Prado y el hotel Los Jazmines, desde donde se toman las espectaculares vistas del Valle de Viñales…

“Un central azucarero representará la caña, así como Angerona el café, y otro sitio el tabaco, los principales renglones de la agricultura cubana. Queremos añadir la Ocho Vías, junto a La Farola, el edificio FOCSA, el túnel, la Plaza Vieja… Y tendremos de Artemisa el hotel Campoamor y el Moka, de Las Terrazas.
“A mí me gusta mucho la casa de los Iznaga, en el Valle de los Ingenios, Trinidad. Aquí está toda Cuba. No podía faltar Santiago, donde se baila la tumba francesa.
“Sábado y domingo Ariadni viene, pinta toda la noche y tiene listo el lienzo al otro día. Mi esposa lo monta, y al cabo nace una obra nueva. Nos hemos acercado a historiadores que nos facilitaron más de 300 imágenes de las ciudades patrimoniales de Cuba”.
Una finca agroturística
La destrucción del ciclón Rafael los impulsó a reforzar cada sitio con materiales más resistentes… y reciclados. Lo más interesante es el piso, hecho con jabas de nailon y otros desechos plásticos, metamorfoseados en “madera”.
“Fabricaremos los muebles de ese material. Y la pared la vamos a forrar con láminas de madera plástica, para darle un ambiente más homogéneo al lugar. Además, tendremos una tienda donde ofertar productos de la colmena y de la finca.
“Hemos previsto un área demostrativa de cuanto puede dar la colmena. Hay muchos campesinos embullados en ese empeño. Vamos a recurrir al agroturismo como fuente de ingresos”, dice con la osadía de quien convierte sueños en realidades.
“Existe un falso concepto de que si practicas agroturismo en una finca, dejas de ser campesino y te vuelves guía turístico. Y no es así. Una finca agroturística lo primero que ha de tener son muchas plantaciones, cosechas de tomates, pepinos, yuca, malanga… ¡Que venga un turista a ver el campo, y eso favorezca la producción!
“Cuando crece la producción, el turista come un tomate y tal vez yuca. Pero el resto lo vendes al pueblo. Y nos depara el ingreso que necesitamos”.
Incluso comparte su visión de lograr un cinturón turístico. “Ya existen tres fincas con expedientes para agroturismo en la propia cooperativa: Don Mariano, Tungasuk y esta, más otras personas comprometidas. “Tratamos de consolidar un paquete turístico de diez fincas, con varias opciones: colmenas, carneros, aves, peces… Estuvimos en la Feria del Turismo, y establecimos acuerdos con la delegación provincial y con la agencia internacional Ecotour. Ellos nos transmiten sus conocimientos y enlaces.
“De hecho, esta finca fue seleccionada para el Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural, a principios de 2026”.

Los aliados de Alexander
Para semejantes planes, Alexander cuenta con no pocos aliados. Desde el inicio lo ayudaron los brigadistas del Campamento Internacional Julio Antonio Mella, cuando hubo de sacar la basura del vertedero ilegal donde se estableció, y liberar cada pedacito de tierra de montones de piedras, hasta regar de materia orgánica y transformar ese basurero en uno de los suelos más productivos de Cuba.
Dispone, por supuesto, de sus siete trabajadores. Su esposa Ailín Esperón lleva las cuentas. Raúl Castillo también tiene finca, pero no duda en abonar de sudor propio La Burgambilia. Miguel Ángel González, el más joven, representa la continuidad; cuando aún iba a la escuela, tan pronto terminaba las clases, se incorporaba a trabajar.
Nadie como Ubel Galán para las casas de cultivo. René Santiesteban funge como albañil, carpintero y cuanto asegure el mantenimiento. Y a Arnaldo Valdés, a sus 76 años, no hay quien le siga con su guataca pequeña. “Mientras tenga fuerzas, seguiré luchando. Me pego bien temprano y deja que vengan horas”.
Por si no bastara, Alexander se sirve de aliados especiales: más de 300 colmenas de abejas.

“El principal beneficio es la polinización. Para cosechar más no hay que sembrar más. Tú plantas calabazas y recoges 100 quintales; si pones abejas, recoges 150, en la misma área, con las mismas plantas y la misma agua.
“El segundo beneficio radica en el consumo de polen, que contiene todo el material genético del mundo vegetal: aminoácidos, proteínas, vitaminas, antiparasitarios… Alimenta e inmuniza contra muchas enfermedades. Lo otro es la miel, lo más popular de la colmena”.
Quedaría hablar sobre las 13 especies de Bougainvillea que dieron nombre a la finca; la diversificación; las ocho casas de cultivo rústicas y tres pozos hechos por ellos; los reconocimientos de la Agricultura Urbana y el Instituto de Suelos; los tomates, lechugas y pepinos pese a la época del año; su incursión en viandas con elevados rendimientos… Pero lo que verdaderamente seduce es ver las colmenas convertidas en arte.
(Tomado de El Artemiseño)