Apple y Tesla en la mira: ¿Cómo la guerra Trump-Pekín castiga a empresas globales?

Las empresas extranjeras y mixtas, que representan casi un tercio del comercio total de China, enfrentan un riesgo sin precedentes debido a los aranceles dobles impuestos en la guerra comercial entre Washington y Pekín, según un análisis del Financial Times citando datos oficiales.

Estas compañías, que incluyen gigantes estadounidenses como Apple y Tesla, así como pymes, generaron el año pasado 980 000 millones de dólares en exportaciones, según cifras de la Administración General de Aduanas de China.

La dependencia de insumos estadounidenses y la estructura de producción en China exponen a estas empresas a pagar tarifas en ambos países. Michael Hart, presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., explicó que “varias empresas extranjeras que operan en China (…) dependen de insumos estadounidenses, y por lo tanto también se están viendo afectadas”.

Heiwai Tang, director del Instituto Global de Asia de la Universidad de Hong Kong, añadió: “Si importan, pagan los aranceles chinos. Cuando exportan a EE.UU., pagan los aranceles estadounidenses. Les pegan dos veces”.

La escalada arancelaria, iniciada en abril por el presidente Donald Trump con tarifas de hasta el 145% sobre productos chinos, provocó una respuesta de Pekín con impuestos del 125% a bienes estadounidenses. No obstante, este martes Trump no descartó reducir los aranceles, aunque aclaró que “no serán del 0%”.

Un reporte de The Wall Street Journal sugirió que la Administración estadounidense evalúa aliviar parcialmente estas medidas para descomprimir tensiones.

Por su parte, Pekín mantiene una postura firme. Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, subrayó este miércoles: “No queremos una guerra comercial, pero no la tememos. Si quieren luchar, también lo haremos hasta el final; si quieren hablar, la puerta está abierta”.

La advertencia refleja el rechazo a negociar bajo “amenazas constantes” de EE.UU., según el vocero.

El conflicto comercial, que ya cumple varios años, pone en evidencia la complejidad de las cadenas globales de suministro y los desafíos para empresas que operan en economías interconectadas.

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