Empresas en San Francisco, Estados Unidos, desde parques de investigación hasta gigantes tecnológicos, enfrentan un choque cultural con empleados de la Generación Z que las obliga a impartir capacitación en normas básicas de conducta e higiene.
Ante la creciente brecha generacional, contratan entrenadores de etiqueta profesional para enseñar habilidades elementales como mantener contacto visual, usar correctamente placas de identificación, limpiar áreas de comida después del almuerzo y seguir protocolos de higiene personal.
Como respuesta, las compañías desarrollan manuales de cultura corporativa específicos para jóvenes.
Estos documentos establecen pautas detalladas sobre códigos de vestimenta, redacción y firma de correos electrónicos formales, además del uso apropiado de plataformas de comunicación interna como Slack.
Este fenómeno se produce en un contexto donde la tasa de desempleo para estadounidenses de 20 a 24 años alcanza el 6.6%, superando el promedio nacional.
El Foro Económico Mundial señala que el 77% de las empresas incrementan su productividad al invertir en habilidades blandas como inteligencia emocional y comunicación.
(Generado con ayuda de IA)