En un esfuerzo por potenciar la soberanía alimentaria y el desarrollo de nuevos productos, Sancti Spíritus ha constatado su potencial para establecer proyectos y alianzas con centros científicos, según se destacó en recientes intercambios con expertos del Instituto de Investigaciones para la Industria Alimenticia (IIIA).
Estas iniciativas buscan optimizar procesos productivos y diversificar la oferta de alimentos destinada tanto al consumo interno como a mercados internacionales, informó la Agencia Cubana de Noticias.
La Empresa Pesquera Sancti Spíritus (Pescaspir), reconocida como una de las entidades más integrales de su tipo en Cuba, se perfila como un actor clave para incorporar avances científicos en sus operaciones.
Con una sólida experiencia en la comercialización de productos de alta demanda y una diversificación significativa en los últimos años, Pescaspir enfrenta desafíos como la obtención de miga para la elaboración de croquetas.
Especialistas del IIIA señalaron que sus investigaciones y líneas de procesamiento pueden contribuir a resolver esta problemática, así como a formular piensos para la cría intensiva de claria y tilapia, afectada por la dependencia de importaciones.
El ingeniero Jesús Rodríguez Mendoza, director general del IIIA, subrayó la importancia de formalizar los estudios realizados en las fábricas como proyectos científicos.
“Hoy se hacen muchos estudios dentro de las fábricas y líneas productivas y no se escriben como proyectos, apuntó a la ACN, hay un nicho que se está desaprovechando y la otra cuestión importante es que la ciencia es elemental para lograr el producto en sí, pero también para conocer sus efectos, sus aportes”.
Rodríguez Mendoza destacó que la ciencia no solo mejora los productos, sino que garantiza su inocuidad y evalúa su impacto en la población.
Tras recorrer regiones del oriente y centro de Cuba, el director del IIIA identificó dos tendencias en el sector alimenticio: la repetición de esfuerzos en la producción de los mismos surtidos y la falta de una base científica para respaldar las soluciones prácticas que las industrias implementan ante las limitaciones del país.
“Lo que buscamos es potenciar ese programa de transformación de alimentos que tributa a la soberanía de los territorios, acotó, que cada cual en correspondencia con las materias primas fundamentales que tiene y sus capacidades instaladas pueda llevar adelante innovaciones, con énfasis en las dirigidas a niños, embarazadas y adultos mayores”.
La sustitución de importaciones representa un reto complejo que requiere tiempo y recursos, pero Rodríguez Mendoza resaltó el compromiso de las industrias por desarrollar soluciones locales adaptadas a sus condiciones.
“Hemos visto un interés en todas las industrias por buscar soluciones locales, muy particulares, que parten de sus condiciones”, afirmó, enfatizando la necesidad de aprovechar los residuos industriales para maximizar recursos.
Entre los proyectos del IIIA que han generado interés en Sancti Spíritus destaca la pulpa de aguacate, con potencial para ser utilizada en la Unidad Empresarial de Base número 3, Planta de Producción La Estancia.
Otros productos innovadores presentados incluyen yogurt enriquecido con vitaminas y minerales para embarazadas, golosinas tipo gomitas con almidón para niños y pastas untables de carne y vegetales destinadas a adultos mayores.
Los especialistas del IIIA insistieron en la importancia de fomentar la integración entre empresas y con otros sectores para aprovechar al máximo las capacidades locales.
Esta colaboración busca no solo optimizar recursos, sino también garantizar una producción alimenticia más diversa y sostenible que responda a las necesidades de la población y fortalezca la economía territorial.