La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) extiende su colaboración en Cuba más allá de los temas agrícolas, incluyendo el apoyo al emergente sector del ecoturismo, según un informe publicado por la entidad internacional.
El documento, según información de Granma, detalla que la cooperación abarca “temas sobre agricultura y alimentación de Cuba, y también en lo referente al turismo agrario”.
Este respaldo resulta estratégico en un contexto donde los viajes de naturaleza, aventuras y ruralidades ganan relevancia a nivel global. Estas modalidades, dirigidas en el caso de las ruralidades a los productores, se presentan como una variante para estimular las tareas del campo y ampliar conocimientos.
El impulso a esta faceta del desarrollo es significativo para la isla, donde el turismo es reconocido por las autoridades como un motor económico esencial.
Paralelamente, la innovación tecnológica se consolida como un pilar fundamental para la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN). En este sentido, “la agricultura digital se reconoce como una de las esferas programáticas prioritarias en el Marco estratégico de FAO para el período 2022-2031 y se considera un acelerador clave para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo”.
Proyecto piloto en cinco comunidades
La aplicación práctica de estas estrategias se materializó en un Plan Piloto desarrollado desde el 22 de diciembre de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2024, en el que participaron cinco comunidades del occidente y centro del país. Las localidades seleccionadas fueron Vista Hermosa en Guanabacoa, La Habana; Playa Larga, Soplillar y Cayo Ramona en la Ciénaga de Zapata, Matanzas; y Jobo Rosado en Yaguajay, Sancti Spíritus.
Entre estas, destaca la Finca Vista Hermosa, que inició su experiencia en ecoturismo en 2012 y ha logrado un crecimiento constante en esta actividad cada año.
El informe de la FAO concluye que existen en la isla capacidades, tanto en el sector público como privado, para enfrentar los retos de la digitalización de las fincas, un proceso considerado clave para elevar su eficiencia, la producción de alimentos y las actividades turísticas asociadas.