Sequía en Las Tunas: Embalses se encuentran al 30% de su capacidad

Una intensa sequía ha regresado a la provincia oriental de Las Tunas, complicando drásticamente el panorama hídrico y obligando a movilizar nuevamente todos los recursos de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado para intentar paliar la crítica situación.

En la ciudad cabecera provincial, aproximadamente 80 000 personas sufren ya las consecuencias de la inestabilidad en el suministro de agua potable. “Solo en la ciudad cabecera, unas 80 000 personas están, de alguna manera, afectadas por la inestabilidad en el abasto”, explicó Oscar Carralero Suárez, director de la Empresa.

La causa raíz, una vez más, es el déficit persistente de lluvias y el consecuente descenso de los niveles en los embalses que abastecen a la población. El año 2024 cerró con registros pluviométricos por debajo de la media histórica, y la actual temporada de lluvias, iniciada en mayo de 2025, acumula hasta ahora apenas 174.5 milímetros, lo que representa solo el 33.4% de lo que normalmente debería haber caído en este periodo.

Esta escasez extrema ha llevado a que los embalses de la provincia se encuentren, en promedio, a solo un 30% de su capacidad total, almacenando 104 135 hectómetros cúbicos de agua.

La situación afecta directamente a las principales fuentes de abastecimiento: la cuenca subterránea de La Cana, reconocida por la alta calidad de sus aguas, está bombeando con dificultad apenas 110 litros por segundo, solo el 30% de su capacidad.

La presa El Rincón aporta 250 litros por segundo de los 500 que debería suministrar. Mientras, la fuente de Cayojo presenta una situación ligeramente menos crítica por el momento, aunque su nivel también muestra una tendencia a la baja.

La emergencia se ve agravada significativamente por los problemas estructurales que afectan al territorio y al país, particularmente las recurrentes fallas en el servicio eléctrico y la disponibilidad incierta de combustible.

Estas deficiencias dificultan gravemente la operación de los sistemas de bombeo y la implementación de alternativas vitales, como el suministro mediante carros-pipas o cisternas, una medida que miles de residentes, especialmente en zonas críticas, siguen necesitando y agradeciendo, a pesar de que no cubre todas sus necesidades.

Esta crisis hídrica ocurre paradójicamente en un contexto donde la provincia ha realizado esfuerzos para mejorar la infraestructura, incluyendo la instalación de nuevos equipos de bombeo y la rehabilitación de conductoras y redes en las zonas urbanas más afectadas.

Con un pronóstico para agosto que no augura las lluvias urgentemente requeridas, los directivos y especialistas de la Empresa mantienen un estricto monitoreo sobre los niveles de la cuenca subterránea La Cana para evitar su sobreexplotación y colapso.

De igual forma, realizan un seguimiento continuo a conductoras clave como las de Cayojo y Birama, con el objetivo de detectar y eliminar conexiones ilegales que drenan el ya escaso recurso.

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