La cadena hotelera española Meliá Hotels International inauguró en julio el Hotel Gran Bristol en La Habana, un establecimiento emblemático que pasa a integrar su cartera bajo contrato de administración.
La propiedad, anteriormente operada bajo la lujosa marca Kempinski, representa una significativa incorporación para el grupo en la capital cubana, según informó el sitio especializado Reportur.
Inspirado en el estilo Art Deco característico de la década de 1930, el Gran Bristol ofrece 162 habitaciones y destaca por su piscina en la azotea, que brinda vistas directas al emblemático Capitolio Nacional, un ícono arquitectónico de la ciudad.
Esta apertura se produce en un contexto marcado por importantes desafíos para el sector turístico en la isla, como detalló la propia Meliá en su informe de resultados semestrales correspondiente a 2025.
La compañía describió la situación en Cuba como “retadora”, atribuyéndolo principalmente al déficit energético y la dificultad para la importación de productos.
Meliá enfatizó el impacto negativo de la percepción internacional sobre Cuba, señalando la influencia de las continuas campañas negativas en redes sociales, en cuanto a la situación de escasez de suministros y supuestos riesgos de seguridad.
Para mitigar los problemas de abastecimiento, Meliá informó que creó una empresa importadora dedicada específicamente a mantener sus instalaciones en la isla.
Pese al panorama general adverso, la compañía identificó avances en algunos mercados emisores: “la nota positiva la presenta el mercado canadiense, que a lo largo del periodo ha mantenido conectividad aérea, y mercados como Colombia, que las ha aumentado”.
Respecto al futuro inmediato, las perspectivas de Meliá para el tercer trimestre de 2025 en Cuba son cautelosas.
Para los meses de julio, agosto y septiembre, la estrategia de la cadena se centrará en “reforzar el mercado canadiense y local, para recuperar el mayor número de estancias, debido al retroceso de las conexiones aéreas con otros países”.
Este contexto operativo complejo para la inversión extranjera se da mientras el gobierno cubano busca nuevas fórmulas para dinamizar su economía y sector turístico.
Manuel Marrero Cruz, primer ministro cubano, anunció a mediados de julio la decisión del gobierno de permitir la creación de empresas mixtas, entendidas como asociaciones entre empresas estatales y empresas privadas locales.
Además, mencionó la autorización de operaciones “swap” con compañías extranjeras que incluyen hoteles, un mecanismo que busca atraer inversión y gestión foránea.