El ministro de Economía y Planificación de Cuba, Joaquín Alonso Vázquez, afirmó este miércoles ante el Parlamento que la economía nacional enfrenta desde 2021 una triple presión: las secuelas de la Tarea Ordenamiento, los efectos persistentes de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, que calificó como “guerra económica irracional, inhumana y genocida”.
En su evaluación de 2024 y el primer semestre de 2025, atribuyó la contracción económica a estos factores combinados con errores internos y la crisis global.
Alonso Vázquez destacó que el bloqueo estadounidense, intensificado recientemente con un memorando presidencial, es “el principal obstáculo para nuestro desarrollo económico y social”, con daños que superan los 6 000 millones de dólares anuales.
“Esta guerra no declarada […] afecta el acceso a recursos externos, las exportaciones de bienes y servicios, la inversión extranjera directa, el acceso a créditos externos y las remesas, limitando la reactivación de la base productiva y la satisfacción de las necesidades básicas de la población”, declaró ante los diputados.
En 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una contracción del 1.1%, profundizando una tendencia negativa.
Las actividades primarias (agricultura, ganadería y minería) cayeron un 17.9%, mientras la industria manufacturera retrocedió un 3%.
Comparado con 2019, Cuba mantiene una brecha productiva del 11%, con caídas acumuladas del 53% en producción primaria y 23% en manufactura.
Desafíos en 2025
En el primer semestre del año, los ingresos por exportaciones alcanzaron el 91% de lo planificado, pero los volúmenes físicos solo cumplieron el 62%.
Sectores clave como níquel, productos biofarmacéuticos y camarón registraron fuertes caídas por escasez de insumos y energía. El turismo, vital para la economía, recibió solo 1 000 600 visitantes (71% de la meta), con un decrecimiento del 25% en turistas-días extranjeros.
Las telecomunicaciones reportaron un alza transitoria: tras nuevas medidas, los ingresos por recargas internacionales superaron los 570 000 dólares diarios entre mayo y junio.
El sector no estatal mostró resiliencia, con exportaciones de 21 millones de dólares (30% más que en 2024), lideradas por carbón vegetal y servicios informáticos.
Las importaciones, concentradas en alimentos, combustibles y medicinas, crecieron un 7% interanual, mientras las empresas privadas importaron 1 000 millones de dólares (+34%).
El ministro reconoció la gravedad del contexto: “Los limitados recursos financieros […] se han concentrado en hacer frente a los pagos priorizados (alimentos, combustibles […] medicamentos, defensa y seguridad nacional), siendo extremadamente compleja su gestión operativa en un contexto de administración de crisis”.