La Comisión de Asuntos Económicos inició este lunes sus trabajos previos al quinto período ordinario de sesiones de la décima legislatura del Parlamento cubano, con la presencia del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández.
El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, informó a los diputados sobre los resultados económicos al cierre de 2024 y en el primer semestre de 2025, señalando que estos han estado marcados por “el efecto recrudecido del bloqueo, la férrea persecución a los flujos financieros del país y trabas a las transacciones internacionales que han impedido el pago a los proveedores”.
Igualmente, incidieron “la imposibilidad de adquirir combustibles para abastecer el sistema electroenergético nacional y de acceder a fondos de ayuda al desarrollo, así como la coartación de las remesas internacionales”.
Alonso Vázquez contextualizó el escenario dentro de una economía global signada por conflictos geopolíticos, con énfasis en “el encarecimiento de los precios de las materias primas, los productos de importación y las operaciones de logística internacional”.
En este marco, la economía cubana cerró 2024 con una contracción del producto interno bruto (PIB) del 1.1%, frente a un plan de crecimiento del 2%. Evaluando el último quinquenio, explicó que se registra una caída acumulada del 11%, siendo las producciones primarias (agricultura, ganadería y minería) las más afectadas con una baja del 53%, seguida por la actividad secundaria (industria azucarera y manufacturera, -23%) y terciaria (servicios sociales y no sociales, -6%).
“En 2025, tenemos un alto endeudamiento externo que, si bien se viene gestionando, también pesa en el desenvolvimiento de la economía”, dijo el ministro.
Respecto al primer semestre de 2025, Alonso Vázquez informó que los ingresos en divisas por exportaciones cumplen al 91%, cifra inferior en un 7% a igual periodo de 2024.
Se prevé una ejecución de los ingresos en divisas del sistema financiero al 90% del plan, a pesar de recuperaciones en rubros como tabaco, langosta y productos pesqueros, incluida la anguila.
“Estos crecimientos no fueron suficientes para compensar el decrecimiento del níquel y otros productos de la minería, la miel, el carbón, el camarón de cultivo y de mar, y los productos biofarmacéuticos”, apuntó.
El déficit de insumos, energía y combustibles, sumado a problemas logísticos y bajos precios internacionales, repercutió en el plan de exportaciones de bienes, cumplido solo al 62% (frente al 78% en 2024).
En exportación de servicios, las telecomunicaciones sobrecumplieron el plan en un 3.5%, pero decrecieron un 19% interanual. El turismo mostró “considerables afectaciones” con solo 1.6 millones de visitantes (71% del plan y 77% respecto a 2024).
Los indicadores turistas-días extranjeros y exportaciones de servicios turísticos cumplieron al 81.7% y 82.3% del plan, con decrecimientos del 25% y 18% respectivamente.
El turismo nacional cumplió al 92%, decreciendo un 5.2%. Las exportaciones de las formas de gestión no estatales alcanzaron 21 millones de dólares (30% superior), con más del 85% correspondiente a mercancías, principalmente carbón vegetal.
Por otro lado, las importaciones de bienes y servicios cumplieron el 67% del plan, superando en un 7% la ejecución de 2024. En Inversión Extranjera Directa (IED), se aprobaron 14 nuevos negocios con capital extranjero en sectores como hidrocarburos, minería, comercio y finanzas.
El ministro señaló que persisten distorsiones como el poco aprovechamiento de capacidades productivas, mecanismos internos insuficientes y evasión fiscal.
El balance comercial es negativo, incrementando la deuda. Aunque disminuyó el ritmo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), los precios siguen elevados y desvinculados de los salarios.
“El salario medio ha crecido más que la productividad, lo que indica que hay más dinero circulante que oferta de bienes”, alertó. Como prioridades, enfatizó recuperar el sector exportador mediante “esquemas de autofinanciamiento”, evaluar posponer importaciones no prioritarias, revitalizar la producción azucarera, aumentar exportaciones, implementar una reforma cambiaria, reducir el déficit fiscal, reanudar el pago de la deuda externa, estabilizar el sistema electroenergético y el suministro de combustibles, y potenciar la integración económica.
El titular destacó el crecimiento del universo económico a 19 428 entidades, donde más del 50% es gestionado por formas no estatales (11 369 MIPYMES privadas y más de 490 000 trabajadores por cuenta propia). También priorizó perfeccionar los mecanismos de atención social.
En el debate, los diputados insistieron en aumentar la producción nacional (especialmente agrícola), potenciar exportaciones, mejorar la balanza comercial, fortalecer la gestión económica local y perfeccionar los encadenamientos productivos. Plantearon evaluar la recomposición de inversiones y gestión de remesas, abogando por acelerar la estabilización macroeconómica.
El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez afirmó que abordar los desafíos requiere “transformar nuestro enfoque”. Criticó que se intenta “solucionar problemas redistribuyendo los escasos recursos existentes”, pero advirtió: “debo señalar con responsabilidad que los ingresos actuales del país son insuficientes para adquirir las materias primas fundamentales que requiere el aumento de la producción nacional. Tampoco alcanzan para comprar productos semielaborados que permitan crear un mercado en moneda nacional que absorba el excedente monetario, ni para inyectar divisas a un mercado cambiario funcional”.
El mandatario recalcó que “sin aumentar la producción en las complejas condiciones actuales no hay posibilidad de ordenar la economía”. Anunció que el primer ministro presentará el programa gubernamental definitivo para la estabilización, evolucionado desde 2023, cuyo conocimiento es “crucial”.
Sobre los esquemas cerrados de financiación, afirmó: “se necesita que estos reactiven la producción y aumenten las exportaciones sectoriales, generando ingresos que permitan reinversión y aportes a la cuenta central de divisas. De lo contrario, solo redistribuimos escasez”.
Subrayó que “el núcleo del problema es la generación de riqueza” y la necesidad de “resolver de una vez las deformaciones estructurales”.
Díaz-Canel llamó a mejorar el aprovechamiento de inversiones, una gestión más eficiente del comercio exterior, aumentar la producción nacional y lograr competitividad para insertarse en mercados externos, mencionando oportunidades con la Unión Económica Euroasiática y el bloque BRICS.
“Debemos ganar en la cultura de establecer negocios de beneficios compartidos… en los que se garantice el retorno de las inversiones para ambas partes de forma equitativa”, concluyó.