La Empresa de Mensajería y Cambio Internacional (EMCI), subsidiaria del Grupo Empresarial Correos de Cuba (GECC), enfrenta una grave crisis operativa que impacta severamente la recepción, procesamiento y distribución de paquetes internacionales, con un efecto especialmente crítico en la entrega de motocicletas importadas.
Las demoras acumuladas en la entrega de envíos superan sistemáticamente los 60 días de promedio, según reconoce la entidad. El caso de las motocicletas es aún más extremo, con plazos de espera que se extienden por varios meses, muy por encima de los 15 días prometidos por las agencias vendedoras internacionales.
Un conjunto de factores confluye en esta situación crítica. La escasez crónica de combustible y los problemas eléctricos recurrentes se combinan con la saturación de la infraestructura logística existente, incapaz de manejar los altos volúmenes de paquetería que actualmente llegan a la isla. Esta congestión afecta todas las etapas posteriores al arribo de la carga.
La ruta de origen del envío internacional añade otra capa de complejidad a las demoras. Correos de Cuba explicó en su perfil oficial de Facebook: “También inciden en las demoras el país de origen del envío. Los operadores postales, de paquetería y mensajería expresa de los países de origen, como norma, tramitan los envíos hacia Cuba por tres vías de transportación: en vuelos directos hacia La Habana; en vuelos a través de terceros países; o por vía marítima, mediante barcos que viajan directo al Mariel o que tocan otros puertos antes de llegar a Cuba”.
Un cuello de botella fundamental se encuentra en el despacho aduanero. La EMCI enfatiza que hasta que la Aduana General de la República no libera las cargas, estas no pueden ingresar al Sistema Integrado Postal (SIP). Solo después de este trámite puede iniciarse el proceso interno de clasificación, facturación, transportación nacional y distribución final hacia los destinatarios. Este ciclo completo, agravado por los problemas mencionados, es el que excede consistentemente los 60 días.
La distribución de motocicletas está centralizada en solo tres puntos del país: La Habana (para la región occidental), Villa Clara (centro) y Holguín (oriente). Esta limitación geográfica, unida a las demoras extremas, ha generado una creciente inconformidad entre los ciudadanos que adquirieron estos vehículos.
Asimismo, un proyecto clave para mejorar la capacidad operativa enfrenta su propio retraso: la puesta en marcha de la nueva planta automatizada de la EMCI está pendiente. La causa es la espera por la llegada al país de un equipamiento eléctrico especializado de origen importado, esencial para su funcionamiento.