El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, advirtió este lunes que varios países podrían enfrentar incrementos arancelarios significativos a partir del 9 de julio, incluso si mantienen negociaciones comerciales “de buena fe” con Estados Unidos.
Bessent señaló que cualquier posible extensión de los plazos actuales dependerá exclusivamente de una decisión del presidente Donald Trump, subrayando la incertidumbre que rodea a las conversaciones comerciales en curso.
El funcionario, quien anteriormente había sugerido la posibilidad de prórrogas, reveló a Bloomberg Television su expectativa de que se concrete “una ráfaga” de acuerdos comerciales antes de la fecha límite.
Tras el 9 de julio, los aranceles estadounidenses del 10% aplicados a productos de múltiples naciones revertirían a los niveles del 11% al 50% establecidos por Trump el pasado 2 de abril, un escenario que aumentaría la presión sobre las economías afectadas.
Bessent enfatizó que la disposición negociadora de los socios comerciales no garantiza inmunidad ante las sanciones: “Tenemos países que están negociando de buena fe, pero deben ser conscientes de que si no podemos llegar a la meta porque están siendo recalcitrantes, entonces podríamos volver a los niveles del 2 de abril”.
Pese a la advertencia, el secretario manifestó su esperanza de evitar medidas más drásticas: “Espero que eso no vaya a ocurrir”. La declaración refleja la política de máxima presión de la administración Trump, que condiciona las concesiones a avances concretos en las tratativas bilaterales.