La inflación interanual en Estados Unidos se moderó al 2.3% en abril, impulsada por una caída del 11.8% en los precios de los combustibles, según informó este martes el Departamento de Trabajo.
El dato, ligeramente inferior al 2.4% registrado en marzo y por debajo de las expectativas del mercado, coincide con la entrada en vigor de los aranceles comerciales del gobierno de Donald Trump, incluidos los impuestos a las importaciones chinas, que generaron incertidumbre en los mercados.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) de abril marcó el menor aumento interanual desde febrero de 2021. Los analistas consultados por MarketWatch anticipaban que la inflación se mantendría estable respecto a marzo. La inflación subyacente, que excluye energía y alimentos, se situó en 2.8%, en línea con las proyecciones.
La drástica reducción en los precios de la energía —vinculada a los temores sobre el impacto de las políticas proteccionistas de Trump en la actividad económica— ayudó a contener el indicador general. No obstante, economistas advierten que el alivio podría ser temporal.
Ben Ayers, de Nationwide, señaló que el 2.3% “podría ser la cifra más baja de 2025”, y anticipó un repunte en verano: “Esperamos un salto del IPC a medida que los costos aduaneros desborden hasta los precios al consumo”, proyectando una inflación superior al 3%.
Ryan Sweet, de Oxford Economics, coincidió: “Las fuerzas desinflacionistas causadas por la caída de precios de la energía enmascaran la inflación por aranceles. Esto cambiará en los próximos meses”. Destacó que el arancel medio de ingreso a EE.UU. es “uno de los más altos desde los años 1930”, lo que ejercerá presión alcista.
Mientras los comercios liquidan inventarios acumulados antes de la aplicación de tarifas, el retraso en trasladar costos a los consumidores mantiene estabilidad en precios minoristas. Sin embargo, se espera que este efecto se diluya a mediano plazo, especialmente en sectores sensibles a importaciones.