El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert F. Houngbo, hizo un llamado urgente este miércoles a gobiernos, empleadores, trabajadores y desarrolladores tecnológicos para colocar la seguridad laboral como prioridad global, ante el ritmo acelerado de transformaciones impulsadas por la inteligencia artificial, la automatización y herramientas digitales.
En el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el máximo representante de la agencia de la ONU —que agrupa a 187 países— subrayó la necesidad de construir un futuro que “no solo sea más inteligente, sino también más seguro y saludable”, especialmente en sectores con altos riesgos como la minería, la construcción y la manufactura.
Houngbo recalcó que, aunque la tecnología puede impulsar la creación de empleos de calidad y optimizar procesos, su implementación debe garantizar la protección de derechos fundamentales.
“Se trata de un derecho fundamental; sin embargo, millones de personas en el planeta siguen muriendo, resultan heridas o enferman por tratar de ganarse la vida con el empleo”, declaró.
Datos de la OIT indican que cada año se registran alrededor de 3 millones de muertes por accidentes o enfermedades laborales.
A decir de Prensa Latina, el directivo destacó el potencial de herramientas como la robótica y la IA para operar en entornos peligrosos, como labores en temperaturas extremas, manipulación de materiales tóxicos o rescates en zonas de desastre.
Además, resaltó su utilidad para reducir esfuerzos físicos en áreas como la salud, donde asistentes robóticos pueden apoyar a cuidadores, o en la industria, al minimizar tareas repetitivas.
No obstante, Houngbo advirtió sobre riesgos emergentes: “La innovación también puede conllevar riesgos significativos”. Entre ellos, mencionó el aumento de la vigilancia laboral mediante sensores y cámaras, así como sistemas de gestión algorítmica que podrían exacerbar la presión sobre los trabajadores, afectando su privacidad y salud mental.
La OIT insistió en que la transición digital debe ser inclusiva y centrada en las personas. “Tenemos la responsabilidad de comprender los riesgos […] y de asegurar que [la tecnología] se utilice para el bien”, concluyó Houngbo, instando a establecer marcos regulatorios internacionales que equilibren innovación con bienestar laboral.