Las aerolíneas chinas recibieron instrucciones oficiales para detener todas las adquisiciones de nuevos aviones Boeing y congelar pedidos de repuestos y equipos estadounidenses, según un reporte de la agencia Bloomberg citado por Sputnik.
La medida, confirmada por fuentes cercanas al gobierno chino, responde a la imposición de aranceles del 125% por parte de China sobre productos estadounidenses, una retaliación directa a los gravámenes del 145% aplicados previamente por Washington.
El análisis de Bloomberg advierte que estos impuestos tendrían un impacto severo: no solo duplicarían el costo de los aviones Boeing, sino que harían financieramente inviables las operaciones con estas aeronaves en el mercado chino, el más grande del mundo por crecimiento de demanda.
Excepciones limitadas y respuesta de EE.UU.
Según el grupo consultor Aviation Flights Group, la decisión solo permitiría excepcionalmente la entrega parcial de 10 unidades del modelo 737 Max, cuyos contratos con China Southern Airlines, Air China y Xiamen Airlines se finalizaron antes del 12 de abril. Esta salvedad evita, por ahora, mayores interrupciones en las operaciones de estas aerolíneas estatales.
El conflicto comercial escaló el 2 de abril, cuando Washington anunció aranceles “recíprocos” sobre importaciones de otros países.
El tipo mínimo base es del 10%, pero el gravamen se ajusta para cada nación, equivalente a la mitad de lo que estos cobran a empresas que importan productos estadounidenses.
Impacto estratégico
La medida china afecta directamente a Boeing, que ya enfrentaba desafíos en su relación con Pekín tras los problemas de seguridad del 737 Max en 2019.
China, por su parte, busca impulsar su industria aeronáutica local, con el avión de pasillo único C919 de la estatal COMAC como alternativa.
Analistas señalan que la guerra arancelaria podría reconfigurar el mercado global de aviación, con Airbus y fabricantes asiáticos como posibles beneficiarios, mientras Boeing lucha por recuperar terreno en Asia.