Jobabo moviliza voluntad colectiva para rescatar tierras del marabú y garantizar alimentos

Las recientes visitas del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el vicepresidente Salvador Valdés Mesa al polo viandero Melanio Ortiz, en el municipio de Jobabo, subrayan el interés del gobierno por impulsar proyectos clave para la soberanía alimentaria en Cuba, informó Trabajadores.

Este polo, ubicado en la zona de Las Tablas-Feijó, busca abastecer no solo a las comunidades locales, sino también a la capital provincial, Las Tunas, en un contexto de escasez nacional.

La iniciativa cuenta con el respaldo de la Central de Trabajadores de Cuba, sindicatos y autoridades locales, que movilizan a voluntarios en jornadas los fines de semana para recuperar tierras invadidas por el marabú.

Históricamente, Jobabo fue un referente agrícola en la provincia, pero décadas de desafíos económicos y la proliferación de esta planta invasora redujeron su productividad.

Según datos no oficiales, más del 40% de las tierras cultivables de la región estuvieron improductivas en años recientes.

La pandemia de covid-19, sumada a limitaciones estructurales y fluctuaciones en el apoyo institucional, agudizaron el desaliento entre los agricultores.

Ramón Rodríguez Rondón, vicepresidente de la cooperativa Osvaldo Figueredo, reflejó esta realidad al afirmar: “Aquí hubo un movimiento fuerte que decayó entre los productores. Ahora hemos visto un despertar, nos han convocado a recuperarlo y lo estamos logrando”.

El movimiento Tarea de grandes, promovido por el Partido Comunista en la provincia, y un nuevo modelo de gestión de tierras —que combina usufructo con ventas prioritarias al Estado— buscan revertir la situación.

Estas medidas forman parte de las 63 estrategias nacionales para dinamizar la producción de alimentos, aunque su implementación avanza con lentitud en algunas zonas.

Un factor determinante es el proyecto Resiliencia Climática en Ecosistemas Agrícolas de Cuba, financiado internacionalmente, que ha dotado a Jobabo de tractores, equipos de desbroce, sistemas de riego y herramientas para erradicar el marabú.

Pese a esto, persisten obstáculos como la falta de piezas de repuesto y combustibles, que limitan el uso óptimo de la maquinaria.

Yoenia Martínez Escobar, líder de una unidad productiva, destacó el optimismo entre los trabajadores, aunque reconoció las carencias. “Cultivamos la tierra con lo que tenemos”, expresó, en alusión a la voluntad de avanzar pese a las dificultades.

Actualmente, el municipio reporta un incremento en áreas liberadas de marabú, con énfasis en el cultivo de viandas como boniato y yuca.

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