Productores de la provincia de Cienfuegos enfrentan la severa sequía y el déficit energético con una combinación de métodos tradicionales e innovadores para garantizar el riego y salvar sus cultivos de hortalizas, frutales y otros productos agrícolas.
Aunque las recientes lluvias asociadas a un frente frío brindaron un breve respiro, las precipitaciones han sido escasas desde noviembre, cuando comenzó la temporada seca en la región.
Emilio Bermúdez Cuellar, propietario de la finca Punta la Cueva, detalló a la Agencia Cubana de Noticias las estrategias que emplea para cultivar más de 10 hectáreas, incluyendo un kilómetro de franja costera.
“Los suelos no son de alta calidad, son poco productivos y no abundan las fuentes de irrigación”, explicó. “Tengo dos pozos: uno artesiano, que requiere electricidad para extraer agua, y otro de brocal, del que sacamos el agua cubo a cubo, ya que no contamos con un molino de viento”.
Bermúdez Cuellar destacó que aprovechan al máximo las horas con electricidad para llenar un tanque elevado, asignado por un proyecto de desarrollo local, y luego riegan por gravedad mediante mangueras.
Este método también se aplica en los invernaderos, donde la altura del tanque y la pendiente del terreno permiten el uso de riego por goteo. “Ahorro agua al punto que, incluso en sequía, mi pozo mantiene buenos niveles. No riego por aniego, sino con manguera, directamente al tronco de la planta, tres veces por semana según las necesidades del cultivo”, añadió.
Además, el productor utiliza materia orgánica para mejorar la retención de agua en el suelo y emplea fibra de coco, que retiene la humedad y reduce la necesidad de grandes cantidades de agua. También aplica bioproductos con microorganismos eficientes y lejía de ceniza para fortalecer las plantas contra el estrés hídrico.
“Los productores debemos valorar las posibilidades de nuestras fincas y suelos. Por ejemplo, en la yuca solo hace falta regar donde está sembrado el canutico para garantizar su crecimiento”, señaló.
Por su parte, Betty Ponce, dueña de la finca Santa Bárbara en Santa Isabel de las Lajas, relató cómo riega durante la noche cuando hay electricidad y luego traslada las mangueras para la siguiente oportunidad de irrigar sus 10 hectáreas de plátano, maíz, yuca y hortalizas. “Construí un depósito a mitad de finca para traer agua del río, pero en las áreas donde no llegan las mangueras, regamos cubo a cubo”, explicó.
En el municipio montañoso de Cumanayagua, Alcides Hernández Pérez, de la finca El Porvenir, compartió algunas de las técnicas que emplea en sus 10 hectáreas.
“Labramos lo menos posible el suelo para no afectarlo y usamos coberturas de hojas de otras cosechas para preservar la humedad”, dijo. También practica la siembra en curvas de nivel, que permite una irrigación más eficiente en áreas de premontaña como El Tabloncito, donde está ubicada su granja. “Regar en horarios nocturnos es favorable porque la planta mantiene la humedad por más tiempo”, agregó.
Estos tres productores, cuyas fincas son consideradas de referencia, contribuyen al consumo social, la venta a la población y la exportación de productos como tabaco y ají picante.