La liberación de una deuda de mil millones de dólares hizo posible que Party City, la cadena de tiendas estadounidense, saliera de la quiebra justo en el mes de octubre de 2023.
En entonces director ejecutivo, Brad Weston, calificó la oportunidad como “una excelente base para impulsar el crecimiento a largo plazo”. Catorce meses más tarde volvería a quebrar.
Por otro lado, Joann Inc. está estudiando la posibilidad de volver a solicitar protección frente a sus acreedores, menos de nueve meses después de haber concluido una rápida reestructuración de su deuda.
Ambas entidades minoristas forman parte de un segmento pequeño, pero creciente de las empresas estadounidenses: la lista de los reincidentes de quiebras, aquellos que vuelven a los tribunales estadounidenses para que se condonen sus deudas o venden todo y cierran definitivamente.
En los dos últimos años, más de 60 empresas se han declarado en quiebra por segunda o incluso tercera vez, indicó BankruptcyData.
Analistas aseguran que se trata del mayor número en un período comparable desde 2020, cuando los cierres pandémicos paralizaron vastos sectores de la economía estadounidense.
El grupo es un signo de la tensión que se cierne bajo una economía que, por lo demás, ha sorprendido sistemáticamente a los pronosticadores por su fortaleza. El tipo de crisis crediticia que se temía cuando la Reserva Federal subía las tasas de interés nunca llegó a materializarse, y recientemente el riesgo de un recalentamiento de la economía ha sido la preocupación dominante en los mercados financieros, subraya la fuente.
En un escenario de tasas de interés elevadas y algunos sectores afectados por la pandemia, las quiebras han seguido acumulándose en sectores especialmente afectados, como las inmobiliarias, las cadenas de restaurantes informales y los minoristas como Party City.
Las solicitudes de quiebra de empresas estadounidenses —precisan datos de S&P Global Ratings— alcanzaron en 2024 su nivel más alto en 14 años, la mayor cifra en un solo año desde las secuelas de la Gran Recesión.
El Capítulo 11 es especialmente útil para los grandes minoristas, ya que les permite renegociar los contratos de arrendamiento. Pero ni siquiera recortar sus gastos ha sido una solución desde que la inflación empezó a presionar a los consumidores y el negocio siguió migrando a internet.
Party City aprovechó su anterior quiebra para recortar su deuda, cerrar 48 tiendas no rentables y renegociar unos 450 contratos de alquiler, según documentos judiciales. El negocio también fue adquirido por un grupo de tenedores de bonos que incluye a Silver Point Capital LP, Davidson Kempner Capital Management LP y Capital Research and Management Co.
Sin embargo, antes de que finalizara la primera quiebra, hubo un indicio de que Party City seguiría teniendo problemas cuando sus previsiones financieras pronosticaron un descenso de las ventas en tiendas comparables mayor de lo esperado.
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(Con información de Bloomberg)