En el mes de noviembre la tasa de desempleo entre los hispanos de Estados Unidos se incrementó por dos décimas respecto al mes de octubre, para ubicarse en el 5.3 %, según datos ofrecidos por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés).
Según la entidad, la tasa se mantiene sin grandes variaciones desde mediados de año. Entre los hispanos, se han agregado 31 276 puestos de trabajo el pasado mes y se sumaron a las filas del desempleo 16 366 personas.
Los datos laborales de este viernes reflejan que las variaciones entre los hispanos han sido ligeras, aunque son números mayores cuando se comparan con el año anterior, cuando la tasa de desempleo en este grupo demográfico fue del 4.3 % en noviembre de 2023.
En términos generales, la tasa de desempleo en Estados Unidos subió una décima en noviembre con respecto a octubre, hasta el 4.2 %. Sin embargo, tras un mal octubre, la creación de empleo se recuperó hasta los 227 000 puestos netos creados, 191 000 más que el mes anterior, después de que se revisara la cifra.
El informe de la BLS refleja que educación y salud, así como restauración y hostelería han sido los sectores donde mas puestos de trabajo se han generado, mientras que, a la inversa, el comercio minorista ha perdido más de 28 000 empleos.
Los datos de este viernes anteceden a lo que podría esperarse en materia laboral para los hispanos, con la vuelta a la Casa Blanca del presidente electo de EE.UU., el republicano Donald Trump, quien ha prometido poner en marcha la mayor deportación en la historia del país, y que podría reducir el crecimiento de la fuerza laboral.
Medios de ese país sacan a colación que en su pronóstico para 2025, la entidad bancaria JPMorgan Chase no prevé que las deportaciones aumenten todavía más de los actuales niveles, que ya de por sí son elevados.
Los expertos en banca estiman que para llevar a cabo ese plan hay que “invertir en infraestructura judicial”, y por ello el efecto que puedan tener esas prometidas deportaciones se verían más en el año 2026.
Con la inmigración como un gran motor de la economía estadounidense, incluidos los indocumentados, queda por saber como se configurará el mercado laboral con la puesta en marcha de la próxima Administración de Donald Trump, quien ya de por sí ha anunciado medidas que llevarán a reducir la llegada de extranjeros.
El arribo de inmigrantes, de hecho, ha desacelerado su paso de forma drástica desde el pasado verano, como se deduce de los 106 344 cruces ilegales registrados en octubre en la frontera suroeste, mucho menos que los 240 927 del año anterior.
Ello puede explicarse en parte a la orden del mes de junio del actual presidente, Joe Biden, que descalifica a los migrantes para obtener asilo si ingresan a Estados Unidos ilegalmente.
Los economistas de Morgan Stanley, si bien creen que incluso podrían aumentar las deportaciones, estiman que la inmigración neta (es decir, el número de personas que entran al país menos las que salen) seguirá siendo positiva.
(Con información de EFE)