El presidente de Estados Unidos, Joe Biden firmó la “Ley de Marcas Robadas”, previamente aprobada por el Congreso de ese país, cuya finalidad, según indica su nombre, es robar una marca para favorecer a la empresa Bacardí y privar a los estadounidenses de sus derechos como consumidores.
A través de su página en la red social Facebook, la subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada de la Torre, destacó que “la intención verdadera de esta maniobra es impedir la renovación de la marca Havana Club en Estados Unidos, que debe ocurrir en 2026, y despojar a la empresa Cubaexport de sus derechos como titular del registro ante oficina Marcas y Patentes de los Estados Unidos”.
También el Canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, señaló en su cuenta de X que esta normativa modifica la ley como medida agresiva contra Cuba, con el objetivo de abrir la puerta para el robo de marcas cubanas registradas de forma legítima en ese país.
Llamada “ley de marcas robadas” recién firmada por Biden modifica la ley como medida agresiva contra #Cuba, con el objetivo, justamente, de abrir la puerta, en violación del Derecho Internacional, para el robo de marcas cubanas legítimamente registradas en ese país. pic.twitter.com/Bv2EUGNOIm
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) December 2, 2024
En Cuba hay 6 448 marcas estadounidenses registradas y 1 177 en proceso de registro. Todas son protegidas por las autoridades cubanas de Propiedad Industrial, actitud muy distinta a la adoptada por el gobierno de los Estados Unidos.
Tablada comentó que al firmar la “Ley de marcas Robadas”, a la que deberían llamar Ley Bacardí, se modifica la ley para beneficiar a una empresa, sin otro derecho que el de las contribuciones generosas a los políticos de origen cubano que lucran con la política de estrangular al pueblo cubano.
“Con esta maniobra engañosa, los senadores beneficiados por Bacardí del Congreso y del gobierno saliente y entrante de Estados Unidos actúan en violación del sistema internacional de protección de la propiedad industrial”, sostuvo.
Con su firma, el presidente Biden deja abierto el camino al despojo del uso de la marca Havana Club en Estados Unidos. Como ocurrió con la fraudulenta sección 211, esta maniobra es fruto de la concertación y corrupción de los políticos, congresistas y senadores anticubanos y la empresa Bacardí, coautora también de la ley Helms Burton.
(Con información de Cubadebate)