Los caminos del agua

Maritza vive en la calle Fidel Claro, de Trinidad, donde debe ingeniárselas para sobrevivir hasta dos meses sin recibir el servicio, pero, tan solo dos cuadras más arriba el agua se desborda por la calle casi todos los días, dice con descontento, mientras señala el enorme salidero que corre frente a su casa.

En la zona de la Pitilla, Lidia Ramírez y su familia tienen que destinar parte de las menguadas finanzas para contar con un recurso imprescindible. Dos tanques de 55 galones cuestan entre 600 y 700 pesos, pero una pipa supera los 3000. Y aunque en el hogar las medidas de ahorro son extremas, casi todas las semanas esta trinitaria debe llamar a uno de los carretoneros que se dedican al acarreo de agua, un negocio floreciente en medio de tanta escasez.

Mientras, las zonas altas y medias de la urbe, que reciben el servicio desde la fuente natural San Juan de Letrán, dependen no solo de las lluvias, sino de la integridad de la conductora, afectada por averías frecuentes debido a los años de explotación. En más de una ocasión, los vecinos han tenido que conformarse con almacenar “la que cae del cielo” y prescindir del servicio a través de las redes.

Y es que el municipio espirituano de Trinidad vive hoy la situación más compleja de esta central provincia con 6 equipos de bombeo rotos y más de 4000 habitantes afectados, lo cual perjudica la zona alta de la ciudad y el abasto a la Península de Ancón; así como la comunidad de Manaca y La Chispa, en Topes de Collantes, según Fredesman Jiménez Bravo, delegado de Recursos Hidráulicos en el territorio.

“Lo primero que hay que decir es que el acueducto de Trinidad comenzó con un crédito de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, el cual, desde finales del 2019 y principio de 2020, cerró operaciones con nosotros a partir de un impago. Todos conocemos que la COVID generó una situación muy tensa para nuestra economía y nosotros no pudimos mantener los pagos. Luego tratamos de renegociar la deuda con ellos y hasta este minuto no ha sido posible”.

Agregó que el Instituto de Recursos Hidráulicos (IRH) ha logrado renegociar la deuda con el Fondo de Desarrollo de Kuwait y Arabia Saudita, pero no con la OPEP, por lo cual existen varios créditos en el país (no solo Trinidad) que no tiene respaldo en moneda dura para avanzar.

“Lo que hacemos hoy en Trinidad es con el dinero de la Caja Central del Estado, es decir, el mismo dinero que tiene Cuba para comprar la canasta básica, la leche en polvo, o para la generación eléctrica, por lo tanto, el nivel de actividad hubo que disminuirlo y adecuarlo a las posibilidades reales del país”.

Desafortunadamente, al decir de Jiménez Bravo, la crisis económica provocó que el proceso no pueda mantener el ritmo de los primeros años y se ha vuelto lento; pero, en el último periodo se rehabilitaron 4 kilómetros de la conductora en San Juan de Letrán y se recuperaron 30 litros por segundo, lo cual ubicó al territorio en mejores condiciones para el próximo período seco.

Además del surtidor natural que recorre 16 kilómetros, desde San Juan de Letrán hasta la Planta Potabilizadora, los campos de pozos de Valdespino (Oeste) y Santiago Escobar- Las piñas (Este), conforman el sistema de distribución de la urbe, con emplazamientos más pequeños que abastecen la zona de Armando Mestre (Piñas 4), Casilda (Piñas 5), la Purísima (Oeste II) y La Boca y la Península (Los Mangos).

Todos en operaciones garantizan mayor disponibilidad del preciado líquido, pero cuando falla uno, o varios a la vez, se afecta la distribución a través de las redes y se alargan los ciclos por más de tres meses, tal y como ocurrió en el período seco, con el manantial casi en cero y equipos en baja a causa de roturas.

Lo cierto es que el abasto de agua mantiene en jaque a los habitantes de Trinidad, uno de los municipios de la provincia espirituana y del país con dificultades en el acceso a este vital recurso.

La inestabilidad en el funcionamiento de los sistemas de bombeo, los efectos de la sequía y las roturas de la conductora de la fuente natural en el período lluvioso figuran entre las problemáticas que se reiteran año tras año. A ello se suman otras de índole subjetivo: descontrol en la manipulación de llaves y válvulas, problemas de organización de la distribución a través de las pipas, indisciplinas e ilegalidades… Y por estas aguas turbulentas navegan quienes lucran con la necesidad de muchos.

El curso del agua en Sancti Spíritus, todo un desafío

Brigadas pertenecientes al Minagri, el Micons y Recurso Hidráulicos trabajaron en un lugar clave de la red de suministro a la ciudad de Sancti Spíritus. Foto: Escambray.

Según estimaciones del IRH, en la provincia de Sancti Spíritus existen actualmente casi 16 000 habitantes que no reciben el servicio debido, en lo fundamental, a roturas de equipos, mala calidad del agua, problemas eléctricos y otras causas, aunque a estas personas se les garantiza el líquido en pipas con un ciclo promedio de 10 días.

Para disminuir las afectaciones por déficit de energía, el territorio ha aplicado alternativas entre las que sobresalen la ubicación de 6 grupos electrógenos en estaciones de bombeo que no tenían respaldo energético, además de proteger los circuitos que abastecen las ciudades de Sancti Spíritus y Cabaiguán; así como otros (circuitos) que necesitan un bombeo entre 12 y 16 horas continuas, lo cual ofrece la posibilidad de proteger al 70 % de la población.

De igual forma, en los municipios de Jatibonico y Cabaiguán se ejecutan inversiones que superan los 160 000 000 en ambas monedas, al decir del delegado de Recursos Hidráulicos: “Con la nueva planta potabilizadora de Jatibonico y las nuevas redes, se le va a brindar agua a más de 20 000 personas y agua de calidad”.

“También trabajamos en una conductora de 630 milímetros para inyectar agua en zonas altas de Cabaiguán, una ciudad de más de 30 000 habitantes, con un servicio deficitario para zonas medias y altas, incluyendo zonas a las que nunca llegaba este líquido porque no teníamos cómo hacerlo”.

La ejecución de la referida conductora está próxima a concluir en este momento, lo cual garantizará las presiones de trabajo que necesitan los sectores hidráulicos de la ciudad: “A pesar de las dificultades económicas del país, seguimos haciendo acciones en Sancti Spíritus para lograr la mejoría en el abasto de agua en diferentes lugares”, explicó.

En cuanto al cambio de matriz energética, la provincia tiene un programa para montar 99 equipos de bombeo que funcionan con paneles solares, lo que también es una forma de disminuir progresivamente el gasto económico en función de generar energía y proteger el servicio de agua.

Hoy están instalados 84 de ese total y se protegen a más de 30 000 espirituanos con dicho sistema (de paneles solares) que constituye una alternativa viable y moderna, con un programa que va avanza hacia la sostenibilidad.

Jiménez Bravo informó que, actualmente, arriban al territorio algunos recursos para continuar con esta secuencia de montaje y sostenibilidad en el tiempo, la cual posee un impacto positivo en Sancti Spíritus.

Falta de electricidad, el golpe de ariete contra los recursos hidráulicos en el país

Como bien explicara hace unas semanas el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el país, el ingeniero Antonio Rodríguez, los principales problemas en el abasto de agua están dados por el estado de los equipos de bombeo y la situación electroenergética.

Un hecho con el que coincide José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento y con el cual conversamos para tener más detalles de la situación actual y perspectivas del suministro del vital líquido.

Aunque parece obvio pensar que la falta de electricidad es la responsable de que falle una y otra vez el abasto de agua por la imposibilidad del funcionamiento de las bombas, la inestabilidad de energía también acrecienta la rotura de equipos y las roturas en conductoras a partir de los llamados “golpes de ariete”.

Imagina que el agua, que fluye a gran velocidad por las tuberías, se detiene de golpe. Este frenazo provoca un aumento repentino de presión en el sistema, como si una ola chocara contra una roca. Esta onda de presión se propaga a través de las tuberías, generando ruidos fuertes y, en algunos casos, daños significativos.

Los ingenieros y técnicos saben que este fenómeno puede ser devastador. Las tuberías pueden reventar, las válvulas pueden fallar y la infraestructura puede sufrir daños severos, dejando a la comunidad sin agua durante días.

Al decir del presidente de la OSDE Agua y Saneamiento, a pesar del trabajo coordinado con la Unión Eléctrica y la protección de los circuitos que alimentan los pozos, “a veces no es posible asegurar el suministro de energía y en otras ocasiones se disparan los circuitos por DAF. Cuando te dicen que se va la corriente a las diez, uno comienza a apagar equipos desde un poco antes, pero cuando es un paro imprevisto vienen las fallas”.

Según cifras reveladas por el organismo, durante los últimos días ha existido como promedio más de medio millón de personas afectadas por falta de electricidad.

“Resulta imposible dar un servicio como las personas necesitan en medio de la contingencia energética que estamos enfrentando porque somos altamente dependiente de la energía y sabemos que es una situación compleja para las personas”, agregó.

Otras de las dificultades más notables asociadas a la “contingencia energética” que atraviesa el país es la falta de combustibles. Desde octubre de 2023 la entidad solo ha recibido cerca del 54% del combustible del plan, “por lo que hemos que establecer prioridades para nuestro trabajo y dejar claro que se ralentizaban o se deterioraban otras tareas elementales”.

“Una de las prioridades era la distribución de productos químicos para las provincias y las estaciones de bombeo, porque sin eso no se puede bombear. La segunda prioridad es la reparación de averías, tanto de equipos de bombeo como de conductoras porque eso es algo que no se prevé y siempre hay que estar listos. La otra prioridad es el tiro por agua en pipa en los lugares donde se interrumpe el servicio por alguna causa como puede ser la sequía o interrupciones por avería. La otra prioridad es la limpieza de fosa, pero solo aquellas que están vertiendo”.

Otro de los grandes desafíos que enfrenta el organismo es la permanencia de los trabajadores. El éxodo de mano de obra calificada se ha incrementado ante los bajos salarios que no compaginan con la vertiginosa alza de los precios.

“El ingreso promedio de nuestros trabajadores es uno de los más bajos del país, con unos  3 400 pesos y tenemos 4 empresas con salario medio por debajo de los 3000 pesos. Nuestros trabajadores son muy consagrados y realmente es un trabajo que no tiene horarios. Los que se mantiene lo hacen realmente por amor propio y sentido de pertenencia”.

Desde el año 2022 hasta la fecha más de 12 mil trabajadores han salido del sistema recursos hidráulicos, aunque en ese propio periodo se han incorporado unos seis mil. “Pero la balanza sigue siendo negativa, además que los que ya no están tenían un grado de preparación y de especialización que es más difícil de sustituir”, advierte Hernández Álvarez.

Con el objetivo de paliar esta situación, se inició con el Ministerio de Educación Superior el curso de técnico superior de Agua y Saneamiento, para acelerar la formación de profesionales competentes en este campo.

No quedarse de brazos cruzados

Reparación de conductoras.

A pesar del complejo escenario económico del país, José Antonio recalca que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hace poco más de un año el país anunciaba un ambicioso plan para restituir capacidades de bombeo perdidas, a la vez que el futuro se encamina por la apuesta por las energías renovables.

“El cambio de la matriz energética es uno de los temas priorizados por el organismo. Este programa prevé sustituir el 37% de los equipos de bombeo del país. Actualmente en Cuba hay unas 4000 estaciones de bombeo. Lo normal sería que uno reponga el 10% de esos equipos cada 10 años, sin embargo, por la propia situación económica del país, tuvimos casi tres años en los que no se pudo importar ningún equipo y eso acumuló un grupo mayor de problemas”.

Desde finales del año 2022 se aprobó el programa de cambio de matriz, que estipula que los equipos consumidores hasta 10 KW de potencia eran 1213 equipos de bombeo  que son el 37%.  “Son estaciones pequeñas pero era la población más afectada. Gracias a este programa ya han entrado a la nación 866 equipos, se han instalado 680 y se trabaja en el montaje de 98. Esto ha beneficiado a 351 000 personas. Debemos destacar que se han incorporado otros equipos de bombeo a partir de otras fuentes de financiamiento”, agregó el directivo.

Otras inversiones en la mira

Como se informó en la Mesa Redonda, disimiles son las inversiones proyectadas. Este año tenemos un plan de 3 200 millones de pesos para inversiones y mantenimientos. Al cierre de agosto tenemos un cumplimiento del 119% y ya tenemos la aprobación para recibir otros 600 millones de pesos para sumarlos a estos trabajos. No obstante, estos planes nos están costando hasta un 30% más que en años anteriores, sobre todo por el crecimiento de los precios de los productos y servicios”, comentó el presidente del INRH.

Antonio Rodríguez dijo que para estas labores se trabaja con acero importado, mientras que en el caso del cemento existe una proyección de colocar el existente en aquellos lugares esenciales y con mayor impacto en los consumidores.

Según dijo, al cierre de agosto el país reportó 181 kilómetros de conductoras instaladas, así como 204 obras terminadas.

En el caso del saneamiento, el presidente de la OSDE Agua y Saneamiento reconoció que el tema de los salideros es uno de los más complejos. Sin embargo, La Habana, con el 50% de las averías (2000 reportes de salideros diarios) agregó recientemente 30 carros eléctricos más a su flota para realizar labores de mantenimiento, supresión de salideros y al metraje. De igual forma, se probó 40 equipos más de alto porte eléctrico como son pipas de agua, carros fosas, desosructores y camiones de volteo.

Apuntes de Pinar del Río y La Habana

En Pinar del Río, la crisis del agua se ha vuelto un tema de preocupación constante. José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, expone la complejidad del sistema de abasto en la región, que cuenta con cuatro grandes redes para garantizar el acceso al agua. Sin embargo, la realidad es que la situación es crítica.

“Para el agua subterránea, requerimos 17 equipos en los pozos, y contamos con varios puntos de rebombeo dentro de la ciudad”, explica Hernández. Tras el devastador paso del huracán Ian, se instalaron los 17 equipos de bombeo; sin embargo, los sistemas de rebombeo estaban en un estado tan deteriorado que no permitían que el agua llegara a los puntos más alejados de la ciudad.

Ante esta situación, se ejecutó un ambicioso programa para importar equipos de rebombeo. Sin embargo, la alegría fue efímera, ya que los equipos de los pozos comenzaron a fallar, generando un desbalance entre el campo de pozos y los rebombeos. “Actualmente, nos faltan cinco equipos en el campo de pozos”, señala Hernández, quien destaca que, a pesar de los contratiempos, se están buscando alternativas operativas para optimizar el manejo del agua disponible en la ciudad.

El problema se complica aún más con el tema de la electricidad. “La falta de energía afecta gravemente el funcionamiento de nuestros sistemas”, comenta. En respuesta a esta crisis, se están acometiendo obras importantes en diversas áreas. “Estamos trabajando en las redes del Consejo Popular de Celso Maragoto, que lleva años sin agua, y también en el barrio de El Tecate, a la salida de Pinar”, añade.

Además, se están realizando mejoras en la conductora del poblado de Coloma y se han implementado ajustes en Consolación, un municipio que históricamente ha enfrentado ciclos de abasto muy altos. Pese a los esfuerzos, Hernández lamenta que aún no se ha logrado estabilizar el servicio.

En el caso de la capital, recientemente, una falla en la electricidad en la Cuenca Sur provocó la ruptura de la conductora principal y la quema de cinco equipos de bombeo. Este incidente impactó de manera directa al sistema central de la ciudad, que abarca seis municipios: Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre y Boyeros.

José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, explica que, ante la urgencia, se realizó una rápida importación de materiales, incluyendo alambre especial para el enrollado de los motores de media tensión que componen el sistema. “Es un alambre diferente al que se utiliza en otros equipos”, señala Hernández, quien destaca la importancia de estas acciones para restaurar el servicio.

No obstante, la situación se complicó nuevamente cuando la conductora falló por un segundo paro, lo que obligó a los especialistas a trabajar intensamente. De los 19 pozos disponibles, lograron poner en funcionamiento 16, lo que ha permitido una estabilización parcial del sistema central.

El problema no se limita a la Cuenca Sur. En el sistema Ariguanabo, una serie de fallas afectó a cuatro pozos que abastecen la zona oeste de la ciudad. “Tuvimos que importar dos equipos mediante una compleja operación desde el exterior, y también logramos enrollar otro equipo aquí en el país”, comenta Hernández. Esta situación llevó a que La Lisa, una de las áreas más afectadas, registrara hasta 54,000 personas sin acceso al agua, cifra que ha disminuido a 5,000 gracias a los esfuerzos realizados.

Por otro lado, el sistema Este también ha enfrentado desafíos significativos. En San Miguel del Padrón, el área de Los Benignos tuvo problemas con tres de sus cuatro equipos desde marzo, lo que ha complicado aún más el suministro.

Acortar ciclos: Prioridad en Villa Clara

El sistema Palmarito apoya a la planta potabilizadora Ochoita. Foto: Vanguardia.

Mataguá es un pequeño poblado perteneciente al municipio villaclareño de Manicaragua. Justo en el corazón del Escambray, aquí conviven la belleza de lo natural y la magia del lomerío con la escasez de agua, como si el líquido se negara a volver a las montañas. Apenas basta un dato para conocer el dolor: en junio de este año el ciclo de abasto se extendía a 355 días.

“Aquí muchas personas hacen pozos artesanales, buscan tanques para acumular el agua y hasta la lluvia sirve para limpiar la casa o lavar la ropa, pero a veces la cosa se pone difícil. El Estado no deja de buscar soluciones alternativas, pero no logramos una estabilidad”, dice Xiomara Martínez, una lugareña que hace lo indecible para ahorrar lo poco que puede conseguir.

Como mismo ocurre en Mataguá, otros lugares de Villa Clara viven una compleja situación con los sistemas de abasto de agua. Entre los municipios con mayores complejidades destacan Santa Clara, la capital provincial y el territorio con mayor cantidad de consumidores, así como Caibarién y Manicaragua. No obstante, otros lugares igualmente muestran panoramas difíciles.

El informe de rendición de cuenta del Gobierno Provincial a la Asamblea Nacional del Poder Popular (AMPP), presentado en el mes de julio de este año, menciona ciclos de entrega del líquido en Santa Clara de más de 90 días en algunos puntos. A su vez, la distribución en carros cisterna —una de las alternativas para paliar la situación— tampoco funciona con la rapidez necesaria.

Así, por ejemplo, en ese último balance Santo Domingo recibía el líquido cada 20 días, Corralillo, Sagua la Grande y Camajuaní lo hacían entre 30 y 45 días, Cifuentes y Santa Clara entre 55 y 80, y Ranchuelo y Manicaragua entregaban en ciclos fijados entre cien y 188 jornadas. Frente a un panorama así resulta imprescindible no quedarse de brazos cruzados.

Bien lo sabe José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, quien asegura que en los tres municipios más críticos de Villa Clara avanzan planes de recuperación que poco a poco dan los primeros resultados.

Según dice, la capital provincial de Villa Clara recibió un grupo de motores totalmente nuevos para el sistema Palmarito, la principal fuente de abasto a la urbe, y que beneficia al 60 por ciento de los consumidores. A su vez, la otra gran vía de acceso del agua a la ciudad, el sistema Minerva Ochoíta, igualmente llegan equipos para sustituir las antiguas máquinas de bombeo. Ambas estructuras son responsables del 96 por ciento del abasto a Santa Clara.

Asimismo, la delegación provincial del INRH, de conjunto con varias empresas constructoras del territorio, lleva adelante el expreso del barrio Camacho-Libertad, una vía directa que permitirá llevar el agua hacia una de las zonas altas de más dificultades y de ciclos de bombeo más demorados.

Rosa Flores, una mujer que lleva más de tres décadas viviendo allí, conoce muy bien cuánto puede cambiar la vida una obra como esta. Sin embargo, alerta de la necesidad de enmendar también redes más pequeñas al interior de la comunidad para evitar derroches. “Es cierto que llega más agua y con mayor fuerza, pero si las redes de las calles están dañadas enseguida sufren salideras por la presión. Entonces el problema es otro y seguimos perdiendo agua”, apunta.

En el caso de Manicaragua, Hernández Álvarez explica que avanza la ejecución de una conductora de diez kilómetros que igualmente permitirá la entrada directa del agua desde la presa Paso Bonito, en Cienfuegos, hasta la estación de rebombeo de El Jíbaro. La obra, con fecha de terminación en diciembre de este año, busca reducir las pérdidas en la ruta y llevar el agua hasta lugares como Mataguá, con los ciclos de entregas más altos en el país.

Por su parte, en Caibarién laboran en la estabilización de los tres pozos destinados al bombeo a la ciudad. Tras roturas simultáneas en todas las estaciones y un complicado período de ausencia de agua en la comunidad, actualmente funcionan dos equipos y continúa la reparación del tercero, aunque en este caso la obsolescencia de las máquinas y la inestabilidad en el suministro eléctrico mantienen en jaque a las autoridades. 

No obstante, para Abelardo Rojas, un habitante de este municipio, existen otros problemas que no pueden pasarse por alto. La necesidad de bombear un agua de calidad luego de las roturas, una mayor comunicación sobre la marcha de los trabajos y sobre todo evitar la venta del líquido, incluso por instituciones estatales, cuando los sistemas de abasto están paralizados, representan algunas buenas sugerencias para enfrentar el futuro.

A la par de estas acciones, en Villa Clara existen otros números que dan fe de la acción constante. Por ejemplo, hasta julio de este año la provincia instaló poco más de 20 kilómetros de conductoras y diez de redes, así como 6.25 de acometidas. El 72.65 por ciento de la población tiene conexión domiciliaria, mientras que el 62.13 cuenta con servicios de acueducto y alcantarillado. A su vez, existe un plan para colocar 74 bombas que funcionen con paneles solares.

(Tomado de Cubadebate)

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