La evolución de los flujos financieros y su impacto en las condiciones socioeconómicas globales se ha visto sometida a fuertes presiones generadas a partir de una serie de riesgos económicos que se ciernen sobre las perspectivas de crecimiento a escala mundial. Instituciones financieras globales como el FMI, ya reconocen que, si bien en sus optimistas perspectivas “se espera” que el panorama económico retorne a los niveles previos a la pandemia antes de finales del 2024, las presiones adicionales podrían hacer que este escenario se extienda en el tiempo. (Agencia AFP, 2022 y FMI, 2022).
En el transcurso del primer semestre de 2022, la economía mundial se ha enfrentado a diferentes procesos que de forma simultánea han incidido frenando las supuestas expectativas de crecimiento, manejadas por diversos países desde el 2021. Sin embargo, esta situación puede empeorar con lo cual el crecimiento mundial puede caer a uno de los niveles más bajos en cinco décadas, según advierte el FMI. Para que tal situación se produzca, los denominados riesgos para el crecimiento mundial deben materializarse y con ellos el crecimiento mundial podría caer a 2% en el 2023. A continuación, se comentan algunos de estos riesgos.
Guerra en Ucrania y precio de la energía
Es palpable la incertidumbre sobre los niveles de suministro de gas ruso a Europa para el 2022 y 2023. Es esencial reconocer que las sanciones impuestas a Rusia han tenido un papel clave en el endurecimiento de las condiciones del comercio entre Rusia y los países europeos. Occidente en general, ha seguido acatando los mandatos de EE.UU empeñado en frenar el avance de Rusia como potencia emergente, y ha generado una situación política y socioeconómica grave, que desembocó en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, cuyos impactos se adicionan a la crisis ya generada por la pandemia y las sanciones que no solo afecta a Rusia, sino también a todas las economías a escala mundial, pero fundamentalmente a las europeas.
En la misma medida que se han incrementado las sanciones durante este primer semestre de 2022, se han apreciado nuevas tensiones en los suministros de combustibles por parte de Rusia a Europa. A partir de julio, ha crecido la incertidumbre ya que la empresa rusa Gazprom comenzó en el lunes 11 de julio de 2022 los trabajos de mantenimiento en el gasoducto Nord Stream 1, que transporta una gran parte del gas que aún suministra a Alemania y a otros países de Europa occidental. El cierre durante 10 días de dos tuberías, anunciado desde hace tiempo, debería haber sido en teoría una formalidad técnica. Pero en el contexto del actual conflicto y las contradicciones entre Rusia y Occidente, especialmente en el tema de las sanciones y la energía, se incrementan los temores acerca de la posibilidad de que no haya más suministros a Europa. «Estamos enfrentados a una situación sin precedentes, todo es posible», reconoció el ministro de Economía alemán, Robert Habeck. (Es-us.noticias.yahoo, 2022)
Rusia, ya había recortado un 60% las entregas de gas a través de Nord Stream, una decisión denunciada ya como represalia «política» por Berlín. En el resto de Europa, Gazprom hizo lo mismo, reduciendo su suministro a algunos países y cortándolo completamente a otros, como Polonia y Bulgaria. En julio Alemania pidió a Canadá garantizar una turbina para el Nord Stream 1, que se mantenía en el país. Todo ello a pesar de las protestas de Ucrania. Ante la disyuntiva actual, vale recordar que desde febrero del 2022, Alemania cerró otro gasoducto ruso que debía entrar en funcionamiento, el Nord Stream 2, y se ha mantenido impulsando acciones para reducir su dependencia del gas ruso. Pero esa dependencia sigue siendo importante: el 35% de sus importaciones de gas provienen de Rusia, contra el 55% antes del conflicto. Y más del 50% de la calefacción de los hogares recurre al gas. Una paralización permanente del Nord Stream 1 no castigaría solo a la primera economía europea. Según la página web de Nord Stream, el gas que llega a Alemania, a la localidad de Lubmin, sigue transportándose también a Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos «y otros países». Una interrupción prolongada del suministro agravaría entonces la crisis energética en la que ya se debate Europa, con precios en alza y el temor de un invierno muy difícil. De hecho, en Alemania, las autoridades analizan ya planes de racionamiento. (Es-us.noticias.yahoo, 2022)
La posibilidad de que las exportaciones de gas ruso se detengan completamente, no sería descartable, lo que podría obligar a los países europeos a racionar la energía. Ello afectaría a todos los sectores económicos, fundamentalmente a la esfera industrial, lo que reduciría notablemente el crecimiento de la zona euro en el 2022 y 2023, y tendría impactos también fuera de las fronteras europeas. Adicionalmente, el conflicto en Ucrania no cede. EE.UU y los países europeos han continuado apoyando la escalada militar y para agosto el ejército ucraniano inició bombardeos a la central nuclear de Zaporiyia, en territorio ya ocupado por las fuerzas rusas, lo que ha generado declaraciones de las autoridades rusas acusando a Ucrania en Naciones Unidas y alertando sobre el posible estallido de la central y los impactos globales que puede tener, de mantenerse estas acciones. Un accidente nuclear de envergadura podría afectar, según criterios emitidos por expertos, a casi toda Ucrania en su conjunto, a Crimea, a zonas del sur de Rusia e incluso a países como Moldavia, Rumanía, Bulgaria y Bielorrusia lo que pudiera implicar una hipotética catástrofe que pudiera ser diez veces más letal que la ocurrida en Chernóbil en 1986. Asimismo, las declaraciones del representante chino ante la ONU, Zhang Jun, en la reunión del Consejo de Seguridad celebrada el 10 de agosto de 2022 destacaban que la central nuclear de Zaporiyia es una de las más grandes de Europa y si se produjera un accidente nuclear a gran escala, este podría ser más grave que el acaecido en Fukushima en 2011. (M. Mañueco R, 2022)
Inflación creciente y persistente
Si bien muchos expertos plantean que la inflación debe volver a los niveles previos a la pandemia antes de finales del 2024, las presiones adicionales que se están observando podrían hacer que la inflación se arraigue. (FMI, 2022). Si las presiones son muy fuertes podrían crear una situación de “estanflación”, es decir un panorama donde las economías permanecen estancadas a la par que inflación continúa su espiral de crecimiento.
La inflación en Estados Unidos mantiene su ascenso y en junio se situó en el 9,1 %, una tasa no vista desde 1981 y empujada, como viene siendo habitual en los últimos meses, por el encarecimiento de la energía y de los alimentos. También subió 9,1% en el Reino Unido en mayo, lo cual supone la tasa de inflación más elevada de los últimos 40 años en estos dos países. En la zona del euro, la inflación alcanzó en junio 8,6%, el nivel más alto desde la creación de la unión monetaria. Igualmente preocupante es que, en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, se estima que la inflación en el segundo trimestre ha sido de 9,8%. (FMI, 2022) En este contexto cabe destacar la incertidumbre y el desconcierto que la actual situación plantea a las economías, incluso a las más desarrolladas. Se conoce que la tercera reunión de los ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales de los países del Grupo de los Veinte (G20), celebrada en Indonesia los días 15 y 16 de julio de 2022, terminó sin un comunicado final. Si bien los participantes analizaron la forma de afrontar los retos económicos mundiales, causados principalmente por la situación geopolítica y las sanciones contra Rusia, la inflación históricamente alta, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y el endurecimiento de las condiciones financieras para los países en desarrollo. Por su parte, la delegación rusa señaló en su declaración que las sanciones conducen en última instancia a la fragmentación del sistema financiero mundial. Los representantes rusos también indicaron que la inflación actual está causada por una oferta limitada y un desajuste entre el estímulo monetario y el fiscal, tal y como Rusia ya había declarado ante el G20 en 2021, cuando muchos países consideraron que el repunte de la inflación era temporal. Aunque la mayoría de los países coincidieron en la necesidad de eliminar todas las restricciones para el normal funcionamiento del mercado mundial de fertilizantes y alimentos, la reunión terminó sin un comunicado final. (Sputnik, 2022)
Políticas de desinflación
Tanto el FMI como otros economistas se preocupan ante la posibilidad de que los bancos centrales, en sus intentos por contrarrestar la inflación, vayan demasiado lejos. De hecho, si no eligen bien las tasas de interés directrices, los bancos centrales se exponen a que la demanda caiga demasiado. “El riesgo de recesión es particularmente prominente en el 2023″, analiza el FMI. (FMI, 2022)
La ralentización del crecimiento coloca a los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal ante un dilema con notables riesgos: ¿hasta dónde deberían subir los tipos de interés si la economía se desacelera? Un crecimiento más débil, si provoca despidos y aumenta el desempleo, suele reducir la inflación por sí solo. Sin embargo, ello afectaría la tan necesaria recuperación, así como pudiera incrementar la impopularidad de los gobiernos ante la escalada del desempleo. Este dilema podría ser particularmente crucial para la Reserva Federal (Fed) el año que viene, cuando la economía puede estar en peor forma y la inflación probablemente siga superando el objetivo del 2% del banco central. Si la economía sigue mostrando signos de desaceleración, la Fed podría moderar el tamaño de sus subidas de tipos ya en su próxima reunión de septiembre, quizás a medio punto. (cnnespañol, 2022) Este aumento, seguido de posibles subidas de un cuarto de punto en noviembre y diciembre, elevaría el tipo de interés a corto plazo de la Fed hasta el 3,25% o el 3,5% a finales de año, el punto más alto desde 2008.
Agudización de la crisis de la deuda externa
Se repite el círculo vicioso de la deuda externa. El incremento de las tasas de interés en las economías desarrolladas, aumentará el costo de los créditos en medio de la difícil situación que enfrentan muchos países cuyo endeudamiento se ha incrementado a lo largo de más de cinco décadas y a los cuales la pandemia ha adicionado notables presiones. También existe el riesgo de que las monedas nacionales se deprecien considerablemente frente al dólar. De hecho, tal y como manifiesta ambiguamente el FMI, en la actualidad la posición financiera de muchos Estados ya es “tensa”, y estima que el 60% de los países de bajos ingresos corren el riesgo de encontrarse, o ya están, en dificultades con su deuda. Hace escasamente diez años, la cifra rondaba el 20%. (FMI, 2022)
Esta situación podría tornarse explosiva, especialmente por la elevada deuda de los mercados emergentes y las economías subdesarrolladas. Se conoce que estos países representan alrededor del 40 % del producto interno bruto (PIB) mundial. En la antesala del actual conflicto europeo, muchas de estas naciones ya mostraban una extrema vulnerabilidad e inestabilidad. Por un periodo de más de una década, la deuda externa global se había estado incrementando, pero la crisis de la COVID-19 ha elevado el endeudamiento total a un nivel máximo en 50 años, el equivalente a más del 250 % de los ingresos fiscales. Si se toma en cuenta que, cerca del 60 % de los países más pobres ya estaban sobreendeudados o presentaban un alto riesgo de sobreendeudamiento, no resulta extraño que la situación se torne crítica para estas economías. Adicionalmente, la carga que representa el servicio de la deuda en los países de ingreso medio ha llegado a su punto más alto en 30 años. Desde inicios del 2022, los precios del petróleo se han disparado y las tasas de interés aumentaban en todo el mundo. Para muchas de estas naciones, simultáneamente importadoras de energía y de alimentos, la crisis de la deuda puede ya estar a sus puertas. En este contexto, cualquier proceso como los descritos e esta introducción puede detonar la crisis En toda África, por ejemplo, están aumentando los costos del endeudamiento externo: los márgenes de los bonos han subido en promedio 20 puntos básicos. (Estevão M, 2022)
Desaceleración del crecimiento de China en el primer semestre de 2022
Los brotes de COVID-19 y la impactaron el crecimiento chino. Es evidente que los confinamientos estrictos detienen la actividad económica en las ciudades afectadas. En el segundo trimestre de 2022 el PIB real se contrajo significativamente, como consecuencia del descenso del consumo, que registra la caída más importante desde el primer trimestre de 2020, cuando estalló la pandemia y se redujo 10,3%. Es evidente que la desaceleración de China tiene consecuencias globales, sobre todo en términos de los problemas en las cadenas de suministro mundial, y la disminución del gasto de los hogares que redujo la demanda de bienes y servicios de los socios comerciales de China. Sin embargo, las autoridades chinas se muestran optimistas para el segundo semestre del año y comparan lo ocurrido con el panorama que también experimentó China en 2020, a pesar del cual China fue el único país en crecer en este año. Son múltiples las medidas aplicadas para estimular el crecimiento, apoyar a las empresas en problemas con financiamiento y revitalizar, tanto las exportaciones cono las importaciones. La variable China se erige, sin dudas en uno de los elementos que habrá que seguir con atención en lo que resta del año, ya que, a partir de su real desempeño, puede o no influir satisfactoriamente en el crecimiento global.
Disturbios civiles y hambruna
Este proceso puede influir desfavorablemente tanto en el contexto de la recuperación global como en los flujos financieros internacionales. De hecho, como los gastos en alimentos y en energía son insustituibles, el incremento exponencial de la inflación “representa una amenaza no solo para la estabilidad económica, sino también para la estabilidad social”. (FMI, 2022) La relación entre precios e inestabilidad social se ha hecho patente en la historia económica reciente y casi siempre emerge a partir del descontento, las protestas y no en pocas ocasiones el derrocamiento de las autoridades en el poder. En un contexto como el actual, cualquier cambio que determine nuevas barreras comerciales, como el empleo de sanciones, el deterioro de las cosechas a causa del cambio climático, o la escasez de fertilizantes, podrían causar más dificultades, hambrunas o malestar.
Aumenta la fragmentación de la economía mundial
El FMI destaca que un riesgo grave para las perspectivas a mediano plazo es que el conflicto en Ucrania contribuya a la fragmentación de la economía mundial en bloques geopolíticos con diferentes normas tecnológicas, sistemas de pagos transfronterizos y monedas de reserva. Hasta el momento, existe poca evidencia de relocalización, y el comercio mundial ha sido más resiliente de lo esperado desde el comienzo de la pandemia. (FMI, 2022) Sin embargo, las tensiones políticas generadas por el conflicto, respaldadas por intereses de Occidente para frenar el avance de economías emergentes como Rusia ahora y probablemente también China, pueden afectar las bases del sistema económico mundial que habían preconizado la liberalización comercial y financiera como elementos clave. El FMI también advierte que dicha fragmentación podría también hacer menos eficaz la cooperación multilateral para hacer frente a los problemas globales, tales como el cambio climático, con el riesgo añadido de que la actual crisis alimentaria podría convertirse en norma
Conclusiones
A medida que los bancos centrales de las economías avanzadas aumentan las tasas de interés para combatir la inflación, las condiciones financieras en todo el mundo siguen endureciéndose. Emitir deuda o conseguir créditos será mucho más caro. Estos desafíos, reconocen diferentes instituciones financieras internacionales, se presentan en un momento en que muchos países carecen de espacio fiscal, con una proporción de países de bajos ingresos o con alto riesgo de sobreendeudamiento de 60 %, frente a 20 % de hace una década. El escenario diseñado, en el que confluyen los riesgos reseñados potenciará la inflación y el crecimiento mundial se desacelerará aún más hasta alrededor de 2,6 % este año y dos por ciento el próximo. Una caída así se ha visto solo cinco veces desde 1970 y en ese escenario, tanto Estados Unidos como la zona del euro experimentarán un crecimiento cercano a cero el próximo año, con efectos colaterales negativos para el resto del mundo.
Bibliografía
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Estevão Marcello (2022)¿Estamos preparados para la oleada de crisis de la deuda que se aproxima? 28 DE MARZO DE 2022 en https://blogs.worldbank.org/es/voices/estamos-preparados-para-la-oleada-de-crisis-de-la-deuda-que-se-aproxima
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- Mañueco Rafael (2022) El riesgo de una catástrofe en la central de Zaporiyia es diez veces peor que Chernóbil. 13 de agosto 2022 en https://www-elcorreo-com.cdn.ampproject.org/v/s/www.elcorreo.com/internacional/europa/alarma-mundial-ante-20220812181203-ntrc_amp.html?amp_js_v=a6&_gsa=1&usqp=mq331AQKKAFQArABIIACAw%3D%3D#aoh=16604028163633&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&_tf=De%20%251%24s&share=https%3A%2F%2Fwww.elcorreo.com%2Finternacional%2Feuropa%2Falarma-mundial-ante-20220812181203-ntrc.html