La siembra de papa correspondiente a la campaña de frío 2025-2026 comenzó en Sancti Spíritus con una reducción significativa de área dedicada al cultivo tradicional y la continuación paralela de un programa agroecológico que ya cumple cinco años.
Según explicaron autoridades del sector, la siembra se desarrolla bajo dos programas diferenciados. El primero, denominado de balance nacional, vio reducirse su superficie de siembra de 36 hectáreas (ha) en la campaña anterior a solo 20 ha en el ciclo actual.
Servando Martínez Hernández, especialista de Semilla y Recursos Fitogenéticos en la Delegación territorial de la Agricultura, explicó a Radio Sancti Spíritus que esta reducción tiene una consecuencia directa para la población: “no está contemplada para su distribución a la población”.
La causa principal de esta disminución, según el funcionario, radica en la crítica situación de las semillas. “El área decreció porque, dadas las limitaciones económicas de Cuba, la situación de la semilla para estos fines es muy complicada”, apuntó.
Martínez Hernández detalló que a la provincia se le asignaron aproximadamente 80 toneladas (t) de semilla, cantidad que solo permite cubrir unas veinte hectáreas. Aclaró que este programa tiene como destinos Frutas Selectas y la simiente de la próxima campaña; mientras, detalló que el volumen a plantar se concentra en los municipios de Taguasco, Cabaiguán y la capital espirituana, y en cuatro productores.
Las perspectivas de cosecha para este programa nacional son limitadas. De acuerdo con las declaraciones de Martínez Hernández, lo que se prevé es acopiar cerca de 300 t y eso no permitirá cubrir la demanda del territorio, señalando un déficit anticipado en la producción provincial.
Frente a este escenario, toma mayor relevancia el segundo programa: la papa agroecológica o de bajos insumos, una experiencia que ya transita por su quinto año consecutivo. Este proyecto tiene una base de sostenibilidad diferente.
Respecto a la papa agroecológica, la propia fuente subrayó que la cosecha se sustenta, sobre todo, en que los productores que la asumen cada año guardaron su propia semilla y con eso se podrá llegar a alrededor de 14 ha. Esta modalidad, aunque a menor escala, representa una estrategia de resiliencia frente a la escasez crónica de insumos importados.
La campaña de frío, que tradicionalmente abastece el mercado en los primeros meses del año, evidencia así las persistentes dificultades de la agricultura cubana, obligada a buscar alternativas locales ante una severa crisis económica que limita las importaciones de semillas y fertilizantes.
