El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió el domingo que los vuelos en Estados Unidos se reducirán a un “goteo” debido a la creciente escasez de controladores de tráfico aéreo, una crisis que se intensifica a pocos días de la festividad de Acción de Gracias y que ya ha provocado miles de cancelaciones y retrasos.
Las principales aerolíneas del país se enfrentaban este domingo a un tercer día consecutivo de recortes de vuelos ordenados por el Gobierno, después de que una ola de interrupciones paralizara el tráfico aéreo nacional el sábado.
La situación es un efecto directo del cierre parcial de la Administración, que alcanza un récord de 40 días y ha dejado sin paga a miles de empleados federales esenciales, generando una escasez crítica de personal en las torres de control.
“Solo va a empeorar… las dos semanas antes de Acción de Gracias, van a ver cómo los viajes aéreos se reducen a un goteo”, dijo Duffy durante una entrevista en el programa State of the Union de CNN. El secretario explicó que la crisis de personal se ha agravado por un aumento en las jubilaciones de controladores, quienes llevan semanas sin recibir sus salarios.
“Muchos de ellos no van a poder subirse a un avión, porque no va a haber tantos vuelos… si esto no vuelve a abrirse”, añadió Duffy, refiriéndose a los millones de personas que tradicionalmente viajan para reunirse con sus familias en una de las festividades más importantes de Estados Unidos, que este año se celebra el 27 de noviembre.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha implementado recortes escalonados en el número de vuelos.
La agencia ordenó a las compañías aéreas que redujeran en un 4% los vuelos diarios a partir del viernes en 40 aeropuertos clave debido a problemas de seguridad. Estas reducciones están programadas para aumentar al 6% este martes y alcanzar un 10% para el 14 de noviembre.
El sábado, la FAA reportó que la escasez de controladores aéreos estaba afectando las operaciones en 42 torres de control y centros de mando, causando retrasos significativos en al menos 12 grandes áreas metropolitanas, incluyendo Atlanta, Newark, San Francisco, Chicago y Nueva York.
Según Duffy, desde que comenzó el cierre federal el 1 de octubre, se ha registrado un número creciente de jubilaciones entre los controladores. La FAA carece actualmente de entre 1 000 y 2 000 controladores para completar su plantilla.
“He pagado a controladores experimentados para que se queden en el trabajo y no se jubilen”, reveló Duffy. “Solía tener unos cuatro controladores que se jubilaban al día antes del cierre, (…) ahora se jubilan entre 15 y 20 al día”.
Las cifras del fin de semana reflejan el creciente caos. El sábado se cancelaron aproximadamente 1 550 vuelos y se retrasaron otros 6 700, un aumento considerable frente a las 1 025 cancelaciones y 7 000 retrasos registrados el viernes.
Funcionarios de las aerolíneas, hablando bajo condición de anonimato, expresaron su alarma ante la situación. Señalaron que el volumen de retrasos hace casi imposible programar y planificar vuelos de manera eficiente, y mostraron su preocupación sobre la capacidad del sistema para operar si los problemas de personal continúan empeorando.
Los recortes, que comenzaron el viernes por la mañana, han impactado significativamente a las cuatro mayores aerolíneas del país: American Airlines, Delta Air Lines, Southwest Airlines y United Airlines, con alrededor de 700 vuelos cancelados. Está previsto que las aerolíneas cancelen un número similar de vuelos el domingo.
Durante el cierre, unos 13 000 controladores aéreos y 50 000 inspectores de seguridad de la Transportation Security Administration (TSA) han sido obligados a trabajar sin percibir sus salarios. Duffy había advertido con anterioridad que, si más controladores dejan de presentarse a trabajar, podrían requerirse recortes de hasta el 20% en el tráfico aéreo nacional.













