Con 57 sistemas de bombeo fotovoltaico ya instalados y en pleno funcionamiento, la provincia de Santiago de Cuba se consolida como una de las más destacadas en la implementación de fuentes renovables en el sector de Recursos Hidráulicos, un logro significativo en medio del complejo escenario energético que actualmente enfrenta el país.
El impacto de esta tecnología es tangible para más de 67 mil habitantes de comunidades rurales, quienes reciben hoy un servicio de abasto de agua más estable, eficiente y sostenible. Este avance representa un saldo cualitativo en la calidad de vida de estas poblaciones y constituye una contribución directa a la protección del medio ambiente.
Maricela Fernández, directora de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado Aguas Turquino, explicó que la expansión de este programa continúa.
“Actualmente se trabaja en la instalación de otros siete equipos, con lo cual se espera cubrir hasta el 60 porciento del sistema de bombeo del territorio que atiende la entidad (siete municipios) mediante energía solar”, detalló.
La directiva señaló que estos sistemas modernos sustituyen equipos antiguos, con más de 15 años de explotación, muchos de ellos con roturas reiteradas.
“Su implementación ha permitido eliminar afectaciones prolongadas, como en Baire, municipio de Contramaestre, y ha asegurado el suministro en zonas de difícil acceso como Palmarito, El Sur, Matías o Los Lazos”, señaló Fernández.
Los beneficios se extienden más allá del suministro directo. La tecnología ha permitido eliminar operaciones de rebombeo, como en Matías, en la demarcación de Tercer Frente. Adicionalmente, varios de estos sistemas funcionan también como cargaderos de carros cisterna en momentos de déficit de generación eléctrica, lo que garantiza la continuidad del servicio en localidades como El Rodeo, Los Pinos y Río Grande Urbano.
Orlando Ginés Alfaro Uribe, subdirector científico del Centro de Investigaciones de la Energía Solar, señaló que estos avances demuestran el potencial de Cuba para aprovechar esta fuente energética limpia y renovable, no solo en el sector hidráulico, sino también en otros ámbitos de la vida económica y social.
El especialista cuantificó el recurso disponible: “La radiación solar en Cuba alcanza alrededor de cinco kilovatios-hora por metro cuadrado al día, lo que representa un recurso energético enorme para su conversión en electricidad, calor, o incluso para aplicaciones agrícolas como el secado de productos”, precisó Alfaro.
Según el especialista, la implementación de esta tecnología es una tendencia nacional. En todo el país y especialmente en provincias orientales y La Habana, se han instalado más de cien sistemas de bombeo solar para uso agropecuario, facilitando el riego de cultivos, el suministro de agua al ganado y la estabilidad del abasto en zonas con difícil acceso al agua potable, como Guamá.
Uno de los beneficios más relevantes del uso de energía solar, destacado por el subdirector, es su contribución a la reducción de emisiones contaminantes. “El uso de esta fuente limpia evita la emisión de dióxido de carbono, principal responsable del efecto invernadero y del aumento global de las temperaturas; en un momento en que el planeta ha superado el umbral de 1.5 grados de incremento térmico, la energía solar se presenta como una alternativa imprescindible para proteger la vida en la Tierra”, destacó Ginés.
La aplicación de la energía solar también se diversifica hacia otros sectores. También se han implementado secaderos solares en territorios como Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma y La Habana, lo cual permite conservar alimentos sin generar impactos ambientales.
El desarrollo e implementación de sistemas fotovoltaicos en Santiago de Cuba impulsa el logro de dos objetivos estratégicos: la soberanía energética y la sostenibilidad ambiental. Este esfuerzo se enmarca en correspondencia con los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
La proyección de futuro de la empresa Aguas Turquino incluye la puesta en marcha de nuevos sistemas en localidades como Candonga, Morón de Palencia, La Sultana y La Charca de Adolfo, lo que contribuirá a ampliar el alcance de esta tecnología y seguir disminuyendo la dependencia del Sistema Electroenergético Nacional.
Con iniciativas como estas, Cuba demuestra que es posible avanzar hacia un modelo energético más limpio, resiliente y en armonía con el medio ambiente, poniendo la ciencia y la innovación tecnológica al servicio del desarrollo comunitario y el bienestar popular.
