Los precios del petróleo registraron una caída cercana al 1% durante la sesión del lunes, en un mercado dominado por el pesimismo ante las crecientes señales de un exceso de oferta global y el recrudecimiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que avivan los temores sobre una desaceleración económica y una consecuente menor demanda de energía.
En el parqué, el crudo Brent de referencia para Europa cotizaba a las 17:19 GMT en 60.77 dólares por barril, una baja de 52 centavos, equivalente a un 0.85%. Mientras tanto, los futuros del West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos caían 23 centavos, o un 0.4%, situándose en 57.31 dólares por barril. Ambos referenciales llegaron a perder más de un dólar durante la sesión y se encaminaban a cerrar en sus niveles más bajos desde mayo.
El sentimiento entre los operadores petroleros ha dado un giro significativo, pasando de preocupaciones por la escasez a la anticipación de una sobreoferta.
Este cambio queda evidenciado en la estructura de los contratos de futuros del Brent, donde el diferencial a seis meses (LCOc1-LCOc7) muestra que los contratos de carga más temprana cotizan por debajo de los más tardíos. Esta estructura, conocida como “contango”, anima a los operadores a pagar por almacenar petróleo para poder venderlo a precios más altos en el futuro, cuando se espera que la oferta se haya reducido.
El contango del Brent, que surgió el jueves por primera vez desde su breve aparición en mayo, se negociaba en su nivel más amplio desde diciembre de 2023. Por su parte, el contango de los futuros del crudo estadounidense surgió el viernes por primera vez desde enero de 2024.
La presión bajista se mantiene tras una semana negativa: ambos referenciales perdieron más de un 2% la semana pasada, lo que supone su tercer descenso semanal consecutivo. Esta racha se debe en parte a las perspectivas de la Agencia Internacional de la Energía, que proyecta un creciente exceso de oferta en 2026.
El panorama se ve ensombrecido además por las fricciones comerciales. La semana pasada, la directora de la Organización Mundial del Comercio dijo que instó a Estados Unidos y China a rebajar las tensiones comerciales, advirtiendo de que una disociación de las dos mayores economías del mundo podría reducir la producción económica mundial en un 7% a largo plazo.
Los dos mayores consumidores de petróleo reanudaron recientemente su guerra comercial, imponiendo tasas portuarias adicionales a los buques que transportan mercancías entre ellos, medidas de represalia que podrían perturbar los flujos mundiales de mercancías y, por extensión, la demanda de combustibles.