La implementación de un proyecto de siembra de maíz híbrido, en el marco del convenio de cooperación Cuba-Michoacán, se alza como una de las iniciativas clave de la Empresa Agropecuaria Arnaldo Ramírez, en el municipio avileño de Primero de Enero, programada para ejecutarse durante el segundo semestre del año en curso.
El proyecto, que busca impulsar la producción de cereal para la alimentación animal, contempla una superficie significativa.
Según precisiones de Yudel Madrigal Vega, director del polo productivo, se prevé la siembra de 200 hectáreas del cereal, con requisitos donde el manejo adecuado de la tecnología será determinante para lograr los rendimientos estimados. El éxito de la cosecha dependerá en gran medida de la correcta aplicación del paquete tecnológico asociado al convenio.
De acuerdo con el reporte del periódico Invasor, como parte de los preparativos para asumir este desafío técnico, se realizó una intensiva jornada de capacitación. Una delegación de 10 violeteños, entre ellos especialistas, técnicos, operadores y jefes de Unidades Empresariales de Base (UEB) y de fincas, asistió al seminario de preparación impartido en la Empresa Agropecuaria La Cuba, presidido por Julio Gómez Moldón, vicepresidente del Grupo Empresarial Agrícola, del Ministerio de la Agricultura.
El evento contó con la presencia de altas autoridades provinciales, participaron, además, Julio Heriberto Gómez Casanova, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila y Alfre Menéndez Pérez, gobernador, lo que denota la importancia política concedida al proyecto.
La colaboración no se limita a un solo territorio. El Proyecto Cuba-Michoacán también comprende su implementación en áreas de la Empresa Agropecuaria La Cuba y la UEB El Mambí, perteneciente a la Agropecuaria Integral Ciego de Ávila, precisó Wilfredo Méndez Parra, extensionista del Instituto de Investigaciones de Granos, subordinado a la Unidad Científico Tecnológica de Base (UCTB) Sur del Jíbaro, del municipio espirituano de La Sierpe.
Esta no es la primera experiencia con semillas de alto rendimiento en la región. Méndez Parra aseguró que hace alrededor de tres años, en suelo avileño (también en Sancti Spíritus y Matanzas) se sembró una semilla cubana, de maíz híbrido, proporcionada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Ese antecedente resulta valioso para la nueva apuesta.
A juicio del ingeniero agrónomo, el híbrido cubano es de buen rendimiento, su experimentación en la provincia avileña vaticina buenas prácticas que contribuirán al desarrollo exitoso de este proyecto.
Ahora —precisa— se apuesta por esta colaboración con el citado estado de México para la alimentación animal, pues garantiza el paquete tecnológico, incluyendo la máquina sembradora y la cosechadora, un componente esencial para la mecanización y eficiencia del proceso.
La elección del socio mexicano no es casual. Según consta en el sitio web del Gobierno mexicano, a escala mundial, este país es el séptimo productor de maíz. Michoacán, en particular, posee una reconocida trayectoria en este cultivo. Su participación en la producción nacional de granos es del 88.2% y Michoacán aflora entre los estados más productores, junto a Sinaloa, Jalisco, Estado de México y Guanajuato.
Con la siembra de maíz híbrido en polos productivos de Ciego de Ávila, a través del Proyecto Cuba-Michoacán, se auguran múltiples beneficios, al ser parte de la estrategia del gobierno de Claudia Sheinbaum para contribuir con el desarrollo de las naciones, desde frentes esenciales como el sector agroalimentario.
La iniciativa representa un paso concreto en la búsqueda de soluciones a la problemática de la alimentación animal en Cuba, mediante la transferencia de tecnología y conocimiento.