El vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, condujo una evaluación integral de los programas agroalimentarios en la provincia de Granma, centrándose de manera particular en la producción arrocera y en la imperiosa necesidad de reducir las importaciones en el actual contexto económico nacional, como parte de la estrategia de soberanía alimentaria del país.
Durante el análisis, que revisó las capacidades productivas del territorio, se reveló que Granma posee la capacidad inmediata de autoabastecerse de arroz y dejar de recibir el cereal importado, un objetivo de alto impacto considerando la situación económica.
La estrategia de soberanía alimentaria en Granma en cuanto a esta gramínea, descansa principalmente en dos empresas, la Fernando Echenique y José Manuel Campos de Sosa, que operan en siete municipios: Río Cauto, Bayamo, Manzanilla, Campechuela, Media Luna y Bartolomé Masó.
La base productiva de la provincia es significativa, con un total de 170 formas productivas que abarcan 54 mil hectáreas, de las cuales 41 mil están dedicadas al arroz especializado y 13 mil al denominado “arroz popular”.
Los datos presentados muestran un avance alentador. “El plan de siembra para 2025 alcanza las 21 mil hectáreas, con un cumplimiento del 104% al haberse sembrado 22 mil. Con este impulso, la proyección para el cierre del año es producir 128 mil toneladas de arroz cáscara húmedo, que se traducirían en aproximadamente 52 mil toneladas de arroz listas para el consumo, cifra que pudiera satisfacer la demanda total de la provincia, estimada en 53 mil toneladas anuales, incluyendo el consumo social”.
El director de la Empresa agroindustrial de granos Fernando Echenique, Edisnel González Valdés, añadió un dato revelador: Municipios como Río Cauto no solo se autoabastecen, sino que cuadruplican su demanda local, con una producción que podría alcanzar las 32 mil toneladas.
Ante estas proyecciones, Valdés Mesa fue enfático al señalar: “El año que viene ustedes tienen que autoabastecerse de arroz. Eso sería un aporte tremendo al país, que destinó el pasado año más de 400 millones de dólares a la importación del grano”. Este mandato subraya la urgencia económica de alcanzar la autosuficiencia en un alimento básico de la canasta familiar.
Sin embargo, para materializar estas metas, se identificaron desafíos clave que requieren atención inmediata. Aunque el balance hídrico y de maquinaria (tractores y cosechadoras) es favorable, la provincia solo cuenta con alrededor de seis cosechadoras importadas, por lo que se impulsa a los productores a importar más equipos, especialmente para la cosecha.
Otro obstáculo radica en la integración de toda la producción, incluyendo la del sector no estatal o “popular”, del cual actualmente se compra menos del 50%. Paralelamente, se enfatizó la urgencia de que la empresa arrocera, con su infraestructura de secaderos y molinos, compre la mayor parte de esta cosecha para evitar pérdidas poscosecha.
La colaboración internacional emerge como un pilar fundamental para el salto tecnológico. La provincia es beneficiaria de proyectos internacionales que se espera comiencen a rendir frutos a partir de 2026, aportando paquetes tecnológicos que podrían elevar significativamente el rendimiento promedio, actualmente en 3.2 toneladas por hectárea de arroz cáscara húmedo.
El vicepresidente también apuntó hacia una reestructuración mayor, insinuando la necesidad de actualizar el programa arrocero para incluir áreas actualmente ociosas de la empresa azucarera AzCuba. “El arroz es un cultivo de ciclo corto”, recordó, abogando por un cambio rápido del modelo. La visión a corto plazo es ambiciosa: sembrar 200 mil hectáreas a nivel nacional en 2026, creciendo en 67 mil hectáreas respecto a 2025.
En este contexto, Valdés Mesa subrayó que Granma se erige como un laboratorio crucial para que Cuba logre la anhelada soberanía en su cultivo más consumido.
La meta final, según se desprende del análisis, es movilizar todos los recursos, eliminar trabas burocráticas y “empujar” con decisión para que el arroz deje de ser un dolor de cabeza para la economía nacional.