La producción petrolera de Venezuela registró un aumento del 0.63 por ciento en septiembre, alcanzando un promedio de 1 105 000 barriles por día (bpd), según cifras oficiales publicadas el lunes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Este volumen, detallado en el más reciente informe mensual del grupo, marca el séptimo mes consecutivo de crecimiento para la industria venezolana, tras los 1 098 000 bpd reportados en agosto.
La recuperación muestra una tendencia constante desde marzo, cuando la producción fue de 1 048 000 bpd, permitiendo al país registrar un incremento acumulado del 5.43 por ciento en el último semestre, consolidando la lenta pero sostenida recuperación de su principal sector económico.
Un hito significativo en este proceso se alcanzó en enero de 2025, cuando la nación sudamericana superó la barrera del millón de barriles diarios con una producción de 1 031 000 bpd. Esta cifra representó la primera vez que Venezuela conseguía este nivel de producción desde junio de 2019, de acuerdo con el monitoreo oficial.
El Ejecutivo venezolano atribuye este crecimiento a la “fortaleza de la industria petrolera”, que ha logrado avanzar a pesar del bloqueo criminal impuesto por Estados Unidos.
El contexto energético se ve agravado por las persistentes tensiones bilaterales, intensificadas recientemente por el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe.
Washington justifica estas operaciones como una medida antidrogas, mientras que Caracas las denuncia como una amenaza destinada a forzar un cambio de régimen en el país.
Un informe reciente del Programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD) señaló que la licencia general otorgada por Washington a la petrolera estadounidense Chevron para operar en Venezuela generó inicialmente expectativas positivas para la industria, pero advirtió que estas se han “disipado parcialmente” debido a lo que describe como continuas agresiones por parte de Washington.
A pesar de estos desafíos geopolíticos y de las sanciones económicas, el crecimiento sostenido de la producción durante siete meses consecutivos muestra los esfuerzos del país, que posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo, para fortalecer su economía y recuperar su rol en el mercado global de energía.
La industria petrolera sigue siendo el motor económico fundamental de Venezuela, y el aumento en la producción es considerado por analistas locales un paso clave para la estabilización macroeconómica, aunque persisten obstáculos externos significativos como las medidas coercitivas unilaterales y un complejo entorno de tensiones internacionales.
Las autoridades venezolanas, a través del Ministerio de Petróleo y la estatal PDVSA, reafirman su compromiso con el desarrollo técnico y operativo del sector, mientras la OPEP continúa monitoreando de cerca la evolución de la producción de uno de sus miembros fundadores.