El gobierno cubano ha puesto en marcha un ambicioso plan nacional con el objetivo de alcanzar el autoabastecimiento de arroz, una canasta básica fundamental en la dieta de la isla.
La estrategia, confirmada por el presidente del Grupo Agrícola del Ministerio de la Agricultura, Orlando Linares Morel, consiste en la siembra de 200 000 hectáreas del cereal en el próximo año.
Según información del periódico Granma, durante un encuentro con directivos y productores del municipio de Mayarí, Linares Morel explicó que esta iniciativa “constituye una tarea de primer orden indicada por la máxima dirección del país”.
El programa, de alcance nacional, está previsto que comience a ejecutarse tan pronto en noviembre próximo se realice una evaluación crítica de los recursos hídricos disponibles. El proyecto involucrará a 14 provincias, 133 municipios y aproximadamente 23 000 productores en toda la nación.
La ejecución del plan se dividirá en dos modalidades principales. Las grandes empresas y polos arroceros especializados localizados en provincias como Pinar del Río, Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey y Granma serán responsables de la siembra de 100 000 hectáreas.
La otra mitad de la meta, 100 000 hectáreas, se desarrollará bajo la modalidad denominada “arroz popular”. Sobre esta segunda variante, Linares Morel aclaró que “puede incorporarse todo el que lo desee, tanto con fines de autoconsumo como con intenciones de aportar a la industria y al balance nacional”.
Para respaldar la siembra a gran escala, se contará con semilla nacional. Además, se confirmó la participación de una contraparte vietnamita en el programa, la cual aportará sus propias simientes.
El plan incluye un esquema detallado para el suministro de combustible, uno de los insumos más críticos para la agricultura cubana.
La propuesta, según explicó el directivo, es abastecerlo “en tiro directo hasta un 70%; en tarjetas, un 10%; así como una parte en USD”.
Este mecanismo se complementa con la obligatoriedad de cumplir la Resolución No. 11/2023 del Banco Central de Cuba, que establece el pago en efectivo a los productores especializados.
El objetivo de esta medida es garantizar que los agricultores tengan el dinero líquido necesario para cubrir los elevados costos del cultivo y la retribución a los trabajadores eventuales, facilitando así las entregas a la industria estatal.
Otra vía de financiamiento prevista es el respaldo a través del “retorno del financiamiento de las ventas en USD al turismo y a otros sectores”. Se espera que estos ingresos en moneda libremente convertible puedan destinarse a la adquisición de neumáticos, repuestos para maquinaria agrícola (tractores, cosechadoras), insumos industriales y otros recursos necesarios para el programa.
Entre las premisas fundamentales para el éxito de la tarea también se encuentra el impulso a la recuperación de la maquinaria agrícola y las aeronaves disponibles para el servicio de fumigación y siembra.
Asimismo, se promoverá la introducción acelerada de tecnología, como el uso de drones, y se retomará la transformación de los campos con el fin de incrementar los rendimientos agrícolas y disminuir el consumo de agua.
El directivo reconoció que, dentro del programa de las 200 000 hectáreas, existen 30 000 que demandan inversiones agrícolas significativas para ser productivas.